Una guerra regional en Oriente Próximo desataría una crisis petrolera al estilo de la década de los 70, el desplome de los mercados bursátiles y estanflación mundial.
Aparte de las implicaciones para la democracia, las ‘reformas’ suponen una amenaza para la economía y la seguridad israelíes.
En un clima cada vez más tenso, la fragmentación triunfa sobre la cooperación y el peligro de un conflicto militar por Taiwán se cierne sobre ambos países.