Colgados a 400 metros de altura, recolectores hacen descenso rápido con cuerdas por los acantilados para recoger desechos arrojados por turistas insensibles
Colgados a 400 metros de altura, recolectores hacen descenso rápido con cuerdas por los acantilados para recoger desechos arrojados por turistas insensibles