El crecimiento de una telaraña de habitantes, servicios, viviendas, edificios y vehículos en la Gran Área Metropolitana (GAM) obliga a que el Gobierno fije el 2030, como plazo máximo para ordenar el territorio urbano.
El crecimiento de una telaraña de habitantes, servicios, viviendas, edificios y vehículos en la Gran Área Metropolitana (GAM) obliga a que el Gobierno fije el 2030, como plazo máximo para ordenar el territorio urbano.