En la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital North Oaks de Hammond, Luisiana, detrás de los respiradores artificiales, los rostros de los pacientes lucen grises y demacrados, consumidos por la covid-19.
En la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital North Oaks de Hammond, Luisiana, detrás de los respiradores artificiales, los rostros de los pacientes lucen grises y demacrados, consumidos por la covid-19.