Una enfermedad propia o en un ser querido, la muerte de un familiar o una ruptura amorosa, son golpes emocionales que, aunque decimos que dejamos en casa, nos acompañan durante la jornada laboral.
Una enfermedad propia o en un ser querido, la muerte de un familiar o una ruptura amorosa, son golpes emocionales que, aunque decimos que dejamos en casa, nos acompañan durante la jornada laboral.