La mayoría de los estudiantes estadounidenses de 14 años pueden estar obsesionados con el béisbol, persiguiendo chicas o eludiendo sus deberes. Pero no es el caso de Ethan Sonneborn.
La mayoría de los estudiantes estadounidenses de 14 años pueden estar obsesionados con el béisbol, persiguiendo chicas o eludiendo sus deberes. Pero no es el caso de Ethan Sonneborn.