Se suponía que era un día para celebrar. Los faroles estaban listos; solo faltaba prender las velas, cantar el himno y desfilar. Sin embargo, la caída del Banco Anglo no lo permitió.
Se suponía que era un día para celebrar. Los faroles estaban listos; solo faltaba prender las velas, cantar el himno y desfilar. Sin embargo, la caída del Banco Anglo no lo permitió.