Una ley obsoleta y la falta de capacidad para aumentar la frecuencia y reforzar las inspecciones, deja al Ministerio de Salud muy mal parado como vigilante de la calidad del transporte de enfermos, tanto en el sector público como privado.
Una ley obsoleta y la falta de capacidad para aumentar la frecuencia y reforzar las inspecciones, deja al Ministerio de Salud muy mal parado como vigilante de la calidad del transporte de enfermos, tanto en el sector público como privado.