No les hacía falta verse al espejo. Los rótulos en las calles y hasta la ubicación de su vivienda no los dejaban olvidarse de que eran negros en un país donde solo los blancos podían votar y asumir cargos gubernamentales.
No les hacía falta verse al espejo. Los rótulos en las calles y hasta la ubicación de su vivienda no los dejaban olvidarse de que eran negros en un país donde solo los blancos podían votar y asumir cargos gubernamentales.