Etiquetas 2 de febrero

Quiso la casualidad que el pasado domingo 2 de febrero, en horas de la tarde, cuando salía con mi nieta, Gloriana, de un hotel en Santa Ana, bajara de un automóvil un grupo familiar. No se veían guardaespaldas ni se oía el ruido de las sirenas, pero destacaba en el grupo la figura de doña Laura Chinchilla. Hubo un instante de contacto visual y ambos nos acercamos: yo le ofrecí mi mano, a manera de saludo respetuoso, pero ella con toda naturalidad me saludó con un beso en la mejilla, a pesar de que mi única identificación era una gorra alusiva a Rodolfo Piza y la credencial de fiscal general de mesa para el día de las elecciones.