Andy Joel García, de nueve años, salió del puesto de la Fuerza Pública, en La Galera de Curridabat, con un gafete que llevaba información de sus padres y un número de teléfono.
Aquella es una medida que implementó la Policía para los menores que van a la romería, ante la posibilidad de que en un descuido se pierdan en medio de la multitud. En el caso de Andy, iba con con sus papás, Milagro Fuentes y Joel García.
Según Guillermo Solano, de la unidad de Comunicaciones de la Fuerza Pública, solo toman previsiones pues el año pasado tuvieron varios niños extraviados y, en algunos casos, tardaron horas en localizar a los padres.
"La recomendación de la Fuerza Pública es que los padres no viajen con niños, por muchas razones. El año pasado tuvimos problemas con niños extraviados en la Basílica y tardamos hasta 12 horas en encontrar a los papás, porque a los niños se les dificultaba dar información de los padres. Es muy difícil, niños a veces llorando", relató Solano.
De acuerdo con el funcionario, para la 1 p. m. ya habían colocado muchas identificaciones, pues a pesar de que tanto la Policía como el Hospital Nacional de Niños insistieron en no llevar menores, no todos los padres atendieron el consejo.
Las autoridades de Salud explicaron que no es recomendable la participación de menores ni de adultos mayores ante el riesgo de infecciones respiratorias.