Un pedido de obediencia y una invitación a regresar a Dios marcaron el inicio de la Cuaresma para los fieles católicos.
El primero fue el mensaje compartido por la Conferencia Episcopal de Costa Rica desde la noche del martes, cuando instó a los creyentes a imitar “la obediencia de San José, el padre adoptivo de Jesús”.
Entretanto, el papa Francisco exhortó a la comunidad católica a regresar a Dios, incluso en medio del trajín diario.
“En la vida tendremos siempre cosas que hacer y tendremos excusas para dar, pero, hermanos y hermanas, hoy es el tiempo de regresar a Dios”, manifestó.
El papa recomendó aprovechar este tiempo de Cuaresma para verificar la ruta que cada persona sigue y “encontrar el camino de regreso a casa, para redescubrir el vínculo fundamental con Dios, del que depende todo”.
La Cuaresma, dijo, “es un abajamiento humilde en nuestro interior y hacia los demás”.
Así lo expresó el Sumo Pontífice en la misa que celebró este miércoles a las 9:30 a. m. (2:30 a. m. en Costa Rica), en la basílica de San Pedro, en el Vaticano, donde como en el resto de templos católicos se realizó la celebración de imposición de la ceniza.
Este año, sin embargo, por la pandemia, los feligreses no recibieron la ceniza en la frente, sino en la coronilla como ya lo establecía el Misal Romano. Además, el recordatorio que el sacerdote hace a cada fiel de que polvo es y en polvo se convertirá, se hizo esta vez para todos los asistentes al mismo tiempo.
“Son nuevas acciones que está tomando la iglesia y son bien tomadas por el pueblo”, manifestó Héctor Morera, vecino de El Guarco de Cartago, quien acudió a la celebración en la basílica de los Ángeles, a las 8 a. m. de este miércoles.
Ileana María Mata González y su hija, Gabriela Centeno, coincidieron en que la experiencia de la ceniza fue diferente, pero admitió que es una medida necesaria.
“Siento que está bien con todo lo que son los protocolos para evitar contacto, porque siempre estuvo la señal de la ceniza, que es lo importante”, afirmó la madre.
La Cuaresma (en latín: quadragésima, ‘cuadragésimo día antes de la Pascua’) son los 40 días previos a la Semana Santa, cuando la Iglesia se alista para los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Propone a los fieles días de ayuno y penitencia al rememorar el tiempo de Jesús en el desierto antes de ser tentado por el diablo, según un episodio de su vida narrado en el Nuevo Testamento.
Caridad y fe
Víctor Rivera Silesky, vecino de Los Ángeles de Cartago y ministro extraordinario de la comunión, enfatizó en que este tiempo tiene un significado particular para la fe católica, al ser una oportunidad para un reencuentro con la fe.
“Este es el momento para que nuestros corazones se llenen de Dios y que hagamos obras de caridad, que eso es lo más importante”, expresó.
Para él, el cambio en la imposición de la ceniza es una señal de la Iglesia por adaptarse. “Es no dejar de dar los sacramentos y, de una u otra forma, llegar a las personas”, comentó.
Este año, la culminación de la Cuaresma será el 28 de marzo, cuando se iniciará la Semana Santa que culminará el 3 de abril con la celebración de la resurrección, fiesta central de la religión católica y sinónimo de alegría, luz y esperanza.