Desde este viernes 15 de noviembre y hasta el próximo martes, dos helicópteros estadounidenses trasladarán hasta Telire, en Talamanca de Limón, los materiales necesarios para ensamblar varias escuelas, además de otras ayudas humanitarias.
El envío de los productos y equipos se realiza desde el aeropuerto de Limón hasta el poblado indígena de Telire, el distrito más grande de Talamanca y el más grande del país, a tres días de camino a pie desde Turrialba o desde el Valle La Estrella.
Las ayudas son gestionadas por la embajada de los Estados Unidos en nuestro país y otros socios importantes, mediante el programa preventivo Fronteras de Paz.
Allan Obando, director de la Policía de Fronteras, manifestó que durante los patrullajes continuos y acciones de atención de pedidos de auxilio de las comunidades fronterizas, los oficiales identificaron que las necesidades en Telire iban más allá de la seguridad.
“Las carencias que tienen afectan áreas como la educación, la salud, la vivienda, el empleo y los servicios más básicos de los que goza la mayor parte de la población costarricense”, aseguró Obando.
El jefe policial añadió que el programa Preventivo Fronteras de Paz es una plataforma programática de gestión, que responde al contexto de las poblaciones ubicadas en las zonas fronterizas desde una óptica integral, interinstitucional e intersectorial, que busca acciones de prevención social, seguridad ciudadana y estructural.
En la ejecución de este programa se requiere la participación de varias instituciones públicas, la empresa privada, gobiernos amigos y organismos internacionales.
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En las regiones donde opera la Policía de Fronteras están las poblaciones con los índices de desarrollo humano más bajos de todo el país.
El Ministerio de Seguridad Pública (MSP) indicó que en gran parte de la jurisdicción a cargo de la Policía de Fronteras hay varios territorios y grupos étnicos, como los ngöbes o guaymíes, cabécares, bribris y térrabas o teribes.
Uno de los principales objetivos que se propone Fronteras de Paz implica una intervención en el ámbito comunitario, escolar y familiar, fortaleciendo habilidades que permitan disminuir o retrasar el consumo de drogas.
“Esta iniciativa también se propone contribuir al acceso de la información y conocimiento sobre los riesgos que corren en sus sectores y las problemáticas tanto en niños, niñas y jóvenes, como en docentes y familia”, agrega un comunicado del Ministerio de Seguridad Pública.