Cartago. El escaso hilo de agua que llega a la pila de la basílica de los Ángeles sorprende y preocupa a decenas de fieles que acuden al sitio en busca del preciado líquido.
En la región ha llovido tan poco que el caudal del “ojo de agua” que alimenta la fuente de este templo bajó significativamente, explicó Carlos Oreamuno, vocero de la diócesis cartaginesa.
Tal situación provoca que los fines de semana, cuando aumentan las visitas, los devotos deban hacer largas filas con tal de recoger el líquido, considerado “bendito”.
Pedro Romero, quien labora en el mantenimiento de la fuente desde hace ocho años, aseguró que nunca había visto tan bajo el caudal, aunque confía en que “dos o tres aguaceros” lo solucionen.
Esta, sin embargo, es otra de las consecuencias del desabastecimiento que afecta no solo Cartago, sino también cantones como Paraíso, Oreamuno y El Guarco.
“Este verano ha sido inclemente y de 10 fuentes de agua que tenemos, siete están a un 50% de producción, explicó el alcalde cartaginés, Rolando Rodríguez.
Según Eduardo Lezama, gerente de Acueductos y Alcantarillados (AyA), el problema es que los aguaceros actuales son intensos pero de corta duración, que escurren de manera violenta, pero no sirven para recargar los manantiales.
Las condiciones podrían prolongarse por los siguientes meses.
Reclamo. Ante este problema, las municipalidades afectadas hacen frente común para exigirle al AyA que, antes de asegurar agua para los cantones josefinos mediante el proyecto Orosi 2, deben garantizar el líquido para sus comunidades.
Lezama aclaró que están analizando la concesión del líquido para esas comunidades.
En el caso de Paraíso, el funcionario dijo que ya dio instrucciones para hacer pruebas en un viejo pozo, con el fin de estudiar si se podría poner a operar.
Además, Lezama instó a las alcaldías a prever necesidades que surjan por desarrollos urbanísticos. Colaboró Albert Marín.