El párroco de la Iglesia de San Antonio de Padua, en Desamparados, Carlos Humberto Abarca, reconoció a La Nación que firmó el acta de un bautizo oficiado por German Cordero Salazar, dos años después de que este último fuera expulsado del estado clerical por abusar a una menor de edad.
Según dijo el sacerdote Abarca, el excura lo contactó en dos ocasiones para que sellara el sacramento ofrecido por él a escondidas de la organización católica, mismo que no podía celebrar al ser destituido como presbítero, desde enero de 2016.
“Sí quiero que sepa usted, se lo digo de corazón, que yo lo hice de buena fe por los niños, para que sus bautizos quedaran registrados en la Iglesia. Yo consideré el bautizo ilícito, pero válido. Eso sí, le dije que nunca más lo volvería a hacer”, manifestó Abarca.
Uno de esos casos ocurrió en febrero del 2018, cuando Cordero bautizó al hijo menor de Victoria Serrano, una vecina de Escazú.
El sacramento se ofició en la casa de los abuelos maternos del niño y el acta se le entregó a la familia casi tres meses después, en las afueras de la Iglesia de Santa Lucía de Barva, en Heredia.
Serrano declaró a La Nación que esto le pareció aún más sospechoso, cuando constató que el documento no venía firmada por Cordero, sino por Carlos Humberto Abarca.
‘La curia metropolitana lo sabe’
De acuerdo con Carlos Humberto Abarca, tiempo después de que él firmó las dos actas de los sacramentos ofrecidos por el excura German Cordero Salazar, notificó a la curia metropolitana de lo sucedido, pero que no hubo acciones por parte de las autoridades eclesiásticas.
“Lo que me dijeron fue que, como que German todavía no aceptaba de que estaba afuera (del sacerdocio), como que le cuesta asimilarlo. Lo que me notificaron es que si él había celebrado sacramentos en mi parroquia, yo tendría cargos”, señaló Abarca.
Abarca aceptó que conocía de cerca el historial de German Cordero Salazar en la Iglesia católica, pero insistió que lo hizo para que los bautizos de los niños quedaran en firme, y le dijo a su excompañero “que no lo haría nunca más”.
“Yo conocía el caso de German, entonces me pregunté ¿Qué vamos a hacer con estos niños”. Yo anoté a los niños para que no se sintieran acéfalos o desamparados", aseguró el padre.
La arquidiócesis de San José comunicó a La Nación que los bautizos oficiados por un sacerdote fuera de un templo católico no tienen validez; sin embargo, según Abarca, eso es cuestionable.
“Eso es lo que tengo duda, porque en principio tenía pensado que el bautizo era permitido porque fue bautizado en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y se utilizó el elemento primordial que es el agua. Yo consideré que ese bautizo era válido, si me dicen otra cosa, yo en el momento oportuno no lo consideré así. Pensé que era válido pero ilícito”, aseguró Abarca.
El sacerdote agregó que, según tiene conocimiento, Cordero ha seguido oficiando sacramentos.