Cuando Claribel Ramírez salía a trabajar se preocupaba por el cuidado de Holly, su hija de dos años, quien quedaba bajo la supervisión de la abuela.
“Holly se salía a la calle y los vecinos la traían de vuelta. La abuela estaba cansada y yo sentía la necesidad de contar con alguien calificado que la pudiera atender”, manifestó esta madre, de 35 años.
El de Ramírez es un ejemplo de lo que podría considerarse familia del mundo contemporáneo, donde las madres salen a trabajar porque son jefas de hogar o por la urgencia de otro salario que mejore los ingresos del hogar.
Precisamente porque cada vez más mujeres ingresan al mercado laboral es que las opciones de cuido infantil son hoy más urgentes.
Un estudio sobre esa demanda, dado a conocer por el XVI informe
En 1990, un 63% de los hogares tenía esa estructura; sin embargo, para el 2008, el panorama había cambiado notoriamente: apenas el 38% permanecía así.
Mientras tanto, los hogares con una mujer jefa de hogar aumentaron del 18% al 27%, y aquellos en los cuales ambos padres trabajan también ascendieron del 19% a un 35%.
Sin embargo, la inserción laboral de las mujeres no se da en las mismas condiciones que los hombres, en gran parte porque las tensiones entre la vida laboral y familiar las perjudica más a ellas.
Isabel Román, investigadora del
Además, recalcó la importancia de facilitar el acceso de las mujeres al empleo, al considerarlo una herramienta para combatir la pobreza: En los hogares donde ambos padres proveen de ingresos, la pobreza se reduce la mitad del promedio nacional.
“El cuido no puede seguir siendo un tema privado, sino una responsabilidad social. Interesa que esas mujeres se integren al mercado laboral”, dijo Román.
El objetivo es de aumentar la atención integral de atención a los niños en un 75%, según el ministro de Bienestar Social y Familia, Fernando Marín.
“El reto es de sentar las bases de una red de cuido financiado por un sistema solidario, en el cual aportarían tanto el Gobierno como las municipalidades y las familias”, declaró Marín.
Para Montserrat Sagot, directora de la Maestría Regional en Estudios de la Mujer de la Universidad de Costa Rica (UCR) el proyecto actual se queda corto.
“El Estado tiene que crear centros en todas las comunidades y, además, comprometer al sector privado”, consideró Sagot.
“¿Que si es carísimo? Pues, sí, pero ese el precio de garantizar la igualdad y equidad en una sociedad y, si no se asume, quienes terminan pagando son los sectores más vulnerables”, expuso.
Para Claribel Ramírez, la respuesta llegó con un centro infantil inaugurado por la Municipalidad de Belén, Heredia.
“Jamás hubiera podido pagar un centro privado. Ahora sé que Holly se puede quedar ahí hasta las 6 p. m. y eso me ha beneficiado montones en el trabajo”, comentó.
No obstante, escasas iniciativas locales y una incipiente red de cuido todavía no constituyen soluciones para la mayoría de familias costarricenses.