Los trabajadores de las cuadrillas que levantan el nuevo paso sobre el río Virilla, paralelo al llamado puente del Saprissa, recibirán capacitación de psicólogos para manejar las posibles consecuencias que puede tener en una persona convertirse en testigo de un suicidio.
Ellos trabajarán durante los próximos 18 meses en la construcción de la estructura, considerado por el Ministerio de Salud y las autoridades policiales como un “punto caliente” por la cantidad de suicidios que ahí se registran.
La capacitación de las cuadrillas es una de las medidas inmediatas que desarrollará la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS, por sus siglas en inglés), administradora del proyecto constructivo.
Estos trabajadores, eventualmente, podrían convertirse en testigos de estos hechos y deben estar preparadas tanto para manejar emocionalmente la situación como para intervenir, si fuera necesario, para evitar una muerte.
"Estamos programando una capacitación. Hemos tenido conversaciones con el Colegio de Psicólogos para darles herramientas básicas.
“Esto tiene por objeto proteger a los trabajadores y permitir un entrenamiento básico, que sepan cómo comportarse frente a una situación de este tipo”, explicó Alejandro Rossi, director de la oficina de Unops en Costa Rica.
Rossi aclaró que la intervención real corresponde a personal de salud capacitado.
El viejo puente del Saprissa y su futuro ‘gemelo’ con sentido hacia San José tendrán dispositivos para aumentar la seguridad de quienes transiten por esas estructuras; entre ellos, sistemas para prevenir suicidios.
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Mientras se construye el nuevo puente de tres vías, al viejo puente de dos carriles se le construirá una baranda protectora.
“En principio, (el trabajo) estaría a cargo del Departamento de Conservación Vial del Conavi (Consejo Nacional de Vialidad).
"Estamos tratando de desarrollar el estudio para que esto se haga con celeridad porque es de la mayor urgencia”, manifestó Rossi, quien aclaró que la responsabilidad sobre el actual puente recae en el MOPT.
Se espera que en los próximos diez días esté lista una solución técnica debidamente formulada para permitir que Conservación Vial ejecute.
Esa es una de tres medidas calificadas como “inmediatas”.
También se considera el patrullaje frecuente de la Fuerza Pública en el sitio, para detectar posibles intentos de suicidos y disuadir a las víctimas.
Según datos de la Fuerza Pública, tomados de los registros del 9-1-1, entre el 1.° de enero y el 19 de febrero del 2018, tuvieron que intervenir en 14 incidentes ahí, ya sean intentos de suicidio o suicidios consumados.
Para las mismas fechas de este año, la cantidad de incidentes de ese tipo subió a 23. Solo en un día, dos intentaron matarse y uno concretó su plan.
La Alcaldía de Tibás, uno de los cantones colindantes con este sitio, estaba interesada en resolver el asunto y hasta propuso una salida: la colocación de mallas, proyecto que costaría unos ¢70 millones. No obstante, no fue posible contactar al alcalde tibaseño para conocer la suerte del plan.
En un reportaje de este diario, vecinos del puente reconocieron estar afectados al convertirse en testigos frecuentes de intentos o suicidios consumados.
Le pasa a Mireya Segura Barrios, cuyo esposo sembró decenas de itabos gigantes y palmeras alrededor de la casa para bloquear la vista directa al puente.
Acciones en camino
Las empresas MECO y Puentes y Calzadas integran el consorcio adjudicado para levantar el paso paralelo, cuya inversión total es de $22,4 millones. Tendrá una longitud de 285 metros y estará listo en 18 meses.
Además de las medidas inmediatas para el viejo puente, se avanza en la formulación de otras a largo plazo que, según Rossi, consisten en una barrera definitiva en ambos lados de las estructuras.
En el caso de la vieja estructura, se deben analizar varios factores, como la capacidad del puente para soportar el peso, el sentido del viento y la altura.
Alejandro Rossi reconoce la situación que se da en el actual puente, y aseguró que se busca una “solución integral”.
"Lo que tenemos al día de hoy es una responsabilidad por la construcción del puente nuevo. Esto significa que, como primera medida y en coordinación con el MOPT (Ministerio de Obras Públicas y Transportes) hemos acordado dotar al nuevo puente de una protección definitiva que sirva para preservar cualquier intento de lanzamiento.
“No solo se trata de evitar estos eventos, sino también para todos los transeúntes. Es una solución de seguridad”, agregó.
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Los trabajos previstos incluyen la intervención de la carretera, a cada lado, para realizar las adaptaciones necesarias para el ingreso y salida de la nueva estructura.
Además, se contempla una acera de 1,50 metros para el paso peatonal con barandas y barreras divisorias, se retirará el relleno de basura bajo el puente y se sustituirá con tierra.
Sobre las llamadas “medidas no estructurales”, como la colocación de una caseta de teléfono y una canasta, el plan integral contempla la habilitación de un número 0800 o del 911 que permita a los testigos ocasionales actuar, no importa si son trabajadores o transeúntes.
Sobre la colocación de canastas, Rossi aclaró que una medida de este tipo “no es tan sencilla para una estructura como el puente actual, y menos asegurar que sea efectiva”.
Se trata de puentes muy altos y extensos, aclaró. Por ahora, dijo, no parece que las canastas vayan a ser una de las opciones a contemplar para reforzar la seguridad.
“Igual que todos los proyectos que ejecuta Unops, este tipo de diseño tiene que recibir una aprobación técnica y respetar todas las metodologías constructivas”, advirtió el experto.
La psicóloga Jackie Secades, especialista en trabajo de duelo por suicidio, trata el tema de las personas que sobreviven a una pérdida por suicidio. Si tiene consultas, puede dejarlas en los comentarios.
Posted by nacion.com on Monday, March 4, 2019