La llamaremos Milagro porque es sobreviviente de una odisea que puso en riesgo su vida y hoy puede contar su historia.
Es una “chica trans” que, hace poco más de una década, puso en manos de un médico de dudosos antecedentes profesionales su transformación física.
Aquellos eran años en que a esa población se le cerraban las puertas de los consultorios de cirugía plástica tradicionales. Hoy no pasa lo mismo.
“Ningún médico se atrevía a poner vagina, pechos, glúteos y caderas a un hombre. Era la razón que nos daban. Fue cuando conocimos al ‘doctor’, que era el único que se atrevía”, rememoró Milagro.
Las “chicas trans”, como la de esta historia, nacen con las características físicas de un hombre, pero se perciben y sienten como mujeres.
En Costa Rica, la Fundación Transvida registra a unas 200 personas con ese perfil, pero creen que podrían ser más.
Secuelas. Milagro supo del “doctor” por boca de otras compañeras de ese grupo a quienes había operado y, en apariencia, quedaron bien.
Ella acudió a él por los pechos, glúteos y caderas con que siempre había soñado.
Para los senos, el “doctor” no usó implantes de silicona. Le inyectó un biopolímero que, después se supo, estaba prohibido en el país.
Como la herida por donde inyectó la sustancia no cerraba, le colocó algo parecido a la conocida goma loca, según narró Milagro a este diario.
Por los pechos, pagó ¢500.000 en el 2002. Cinco años después volvió adonde el mismo médico por caderas y glúteos, e invirtió en ellos todos sus ahorros.
Con el pasar del tiempo, aquellos pechos que al principio estaban bien empezaron a inflamarse hasta alcanzar un tamaño impresionante: “Cada uno llegó a pesar 4,5 kilos”, relató.
“Sufría dolores, hinchazón en la espalda. Los daños psicológicos de lo que me hizo fueron enormes”, agregó.
Sin embargo, este no es un caso único. Al menos 20 de sus amigas resultaron afectadas en esos años por el ejercicio de este médico, quien, según ellas, continúa ejerciendo en la actualidad.
Milagro fue operada en un hospital de la Caja Costarricense de Seguro Social, donde le salvaron los pechos no sin antes someterla, dijo, a maltrato verbal por ser una “chica trans”.