El Tribunal de Ética del partido Renovación Costarricense juzgó a su secretario general, Jimmy Soto, por poseer una cantina en el centro de San José, cerca de la estación de trenes al Pacífico.
El 21 de setiembre, Soto fue expulsado de la agrupación por faltar a "los principios de índole moral y espiritual" que caracterizan al grupo político evangélico.
"Él tiene una cantina, trabaja en una cantina, tiene su patente, como dueño de una cantina y, aunque él diga que (la cantina) es de la familia, él vive ahí y eso no nos sirve a nosotros como cristianos del Partido Renovación Costarricense", justificó el vicepresidente del grupo político, Rafael Matamoros.
Sin embargo, la expulsión fue revocada el 25 de octubre por el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), por vicios en el proceso sancionatorio. El TSE declaró con lugar un recurso de amparo presentado el secretario general.
Los magistrados electorales concluyeron que la agrupación faltó al debido proceso, pues Soto nunca fue notificado y, además, hubo anomalías en la conformación del Tribunal de Ética.
Incluso, el TSE condenó a Renovación Costarricense al pago de las costas, daños y perjuicios causados a Soto. Así consta en la resolución N.° 7115-E1-2016.
Soto culpabiliza al presidente de la agrupación y exdiputado, Justo Orozco, por lo sucedido. Asegura que los asambleístas que llegaron son amigos suyos y que al resto se les avisó con poco tiempo.
"A él se le olvida que él, otros miembros del partido y asesores de la Asamblea iban a ese negocio, que ahí hacíamos fiestas para ellos, no de licor, pero sí llegaban a comer. Más de una vez él pasaba ahí a comer bocas y tengo testigos de eso. Además, en la campaña electoral, en ese bar tuvimos pancartas de él encima del techo y en el bar del frente. Para eso sí le servían las cantinas, por eso le digo, que Justo Orozco es una persona que tiene una doble moral", enfatizó Soto, quien administra el Bar San Luis, el cual pertenece a su familia desde hace 50 años.
Consultado el domingo por este medio, Orozco declinó referirse al tema y dijo que el vocero era Rafael Matamoros, vicepresidente, quien confirmó la investigación.
Segundo intento. No conforme con la decisión del tribunal electoral, el sábado pasado, la Asamblea Nacional del partido aprobó una moción para declararlo no grato por tener ese negocio.
A parte de ese hecho, también se le censuró por querer "secuestrar el partido", pues se culpa de realizar asambleas cantonales sin la venia del resto de integrantes del Comité Ejecutivo.
Según Matamoros, el secretario general abusó de un poder que ostenta para renovar, de forma unilateral, las estructuras de la agrupación, en asocio con los diputados Gonzalo Ramírez y Abelino Esquivel.
La Asamblea Nacional de Renovación también acordó revocarle a Soto ese poder.
"Ahora para evitar tantas cosas y evitar más problemas, lo que se hizo fue quitarle el poder que se le había dado", añadió Matamoros.
Culpa a Justo Orozco. Jimmy Soto por su parte, asegura que lo acordado el sábado todavía no está en firme y que acudirá al TSE para revertir las decisiones que se tomaron ese día. Alega que no se convocó a todos los asambleístas a tiempo.
También argumenta que no se le podía quitar el poder que ostentaba porque, para eso, se tiene que hacer una reforma a los estatutos y se necesita el apoyo de dos terceras partes de los 70 delegados y el sábado solo llegaron 45, es decir, el 64%, con lo cual, faltaban dos personas.