Todo sobre el Castillo Azul es pomposo: su nombre, su arquitectura de influencia victoriana y neoclásica, su ubicación en lo alto de la cuesta de Moras y su vínculo histórico con el poder político de Costa Rica.
Con un área de 1.824 metros cuadrados, este inmueble forma parte del complejo de edificios del Primer Poder de la República y hoy es la sede del Directorio legislativo.
Fue construido en 1908 como residencia para Máximo Fernández Alvarado (1858-1933), un influyente político de la época. Además, funcionó como sede de la Casa Presidencial durante tres administraciones: Alfredo González Flores (1914-1917), Federico Tinoco (1917-1919) y Francisco Aguilar Barquero (1919-1920).
El Castillo Azul parecía tenerlo todo: belleza, majestuosidad, fama y abolengo, pero le faltaba algo: una declaratoria como patrimonio histórico arquitectónico de Costa Rica.
Ese día llegó el pasado 10 de diciembre, con la publicación del Decreto N.° 39301-C en el diario oficial La Gaceta.
Deuda. ¿Por qué un edificio de gran valor arquitectónico e histórico no había recibido antes esta declaratoria?
Según se desprende del estudio técnico elaborado por el historiador Carlos Manuel Zamora y la arquitecta Verónica Solórzano, ambos funcionarios del Centro de Patrimonio del Ministerio de Cultura, el inmueble contaba con una declaratoria estipulada en un decreto del 17 de noviembre de 1976, bajo la Ley N.° 5.397 del 8 de noviembre de 1973, la cual fue derogada.
“Sin embargo, esta ley preveía un proceso de expropiación que nunca se llevó a cabo y el decreto emitido venció dos años después. Por otro lado, hasta el día de hoy no se había iniciado un proceso de declaratoria con la nueva Ley 7.555 de Patrimonio Histórico Arquitectónico”, se señaló en ese reporte.
En agosto del 2013, el arquitecto Carlos Mesén hizo la solicitud formal para la incorporación de esta edificación, de acuerdo con la Ley N.° 7.555.
“Este es un edificio que ha estado muy ligado a la historia política de Costa Rica y además es representativo de la arquitectura victoriana en el Valle Central”, destacó el arquitecto y director del Centro de Patrimonio, William Monge.
Bien conservado. El estilo de construcción conocido como victoriano, de influencia italiana, fue un movimiento arquitectónico desarrollado en Europa a principios del siglo XIX.
El Castillo Azul fue diseñado por la Casa Hennebique de París, Francia, y construido por el Grupo de Ingenieros Andreoli e Induni. El sistema constructivo en concreto armado fue innovador para la época.
El decreto reconoció que “la edificación conserva las características fundamentales (...) y preserva su originalidad y la mayoría de su tejido histórico”.
El jefe de la Unidad de Mantenimiento de la Asamblea Legislativa, Édgar Martín, dijo que en el 2012 se invirtieron ¢260 millones en obras de restauración, como un reforzamiento estructural.