Su casa era una más en el cantón de La Unión, en Cartago. Estudiaba Derecho en la universidad, trabajaba, era madre y esposa, y no sabía de cámaras ni periodistas.
Cuando, en julio del 2013, el Vaticano confirmó que su testimonio de curación de un aneurisma cerebral era el milagro que convertiría en santo a Juan Pablo II, su vida cambió y su hogar pasó a ser un punto de reunión para reporteros y peregrinos.
Este martes, saldrá hacia el Vaticano y tendrá una audiencia con el papa Francisco, entre muchas otras actividades de las que participará en Roma.
En la capital de la fe, desde enero, empezaron a llenarse los hoteles para esta fecha, a la espera de la santificación de dos papas.
“Nunca he tenido el afán de ser protagonista en esta historia. Dios me curó y soy testimonio de vida para quienes me quieran escuchar”, manifestó Mora.
En Roma, la esperan misas, encuentros con la embajada de Costa Rica en el Vaticano y actividades religiosas, donde se proyectará su testimonio.
“Las indicaciones específicas de lo que haré en Roma, me las van a dar una vez que llegue allá. Me llena de gran ilusión la oportunidad de conocer al papa Francisco, por su humildad”, agregó.
De las autoridades de la Iglesia tica viajarán los obispos José Rafael Quirós (San José), Francisco Ulloa (Cartago) y el obispo emérito, Hugo Barrantes.