¿En cuánto han calculado las pérdidas?
Tenemos, aproximadamente, pérdidas de $6 millones desde el día en que se paralizaron las obras. Al día de hoy, ya la primera fase del contrato tenía que haberse entregado.
¿Qué establecía el contrato con la empresa constructora?
Nosotros tenemos compromiso para entregar piedras de varios tamaños, firmamos un contrato por 1.520 millones de toneladas solo en la primera fase, las cuales ya tenemos producidas, listas para entregar y no se ha podido producir la entrega.
¿Por qué el tajo ha topado con tantos obstáculos?
Bueno... Los obstáculos son muy evidentes, la gente (se refiere al Sintrajap), al darse cuenta de que las piedras son para el muelle de APM Terminals, se generan anticuerpos.
Pero los obstáculos no han venido de parte del sindicato. La investigación la ordenó el presidente Luis Guillermo Solís.
El apoyo al muelle no es desde el principio del Gobierno, es ahora últimamente cuando se le da el banderazo de salida, pero al principio, no era así.
¿Quiénes son los dueños de ese tajo?
Los dueños de ese tajo son mi familia. Nosotros, una familia como cualquier familia de este país. Mi mamá y mi abuelo son los accionistas.
¿A qué se ha dedicado su familia?
Nosotros no hemos tenido nunca un tajo. Nosotros no nos dedicamos a este tipo de negocios. Mi mamá es una maestra pensionada y mi abuelo es una persona mayor.
¿Cómo termina su familia involucrada en este negocio?
Le voy a contar. Nosotros estábamos vendiendo esa finca porque la finca tenía mucha piedra y no tenía muchos usos, en eso llegó otra empresa costarricense (Lemon Stone S. A.) y nos dice que viene un gran proyecto para el país y nos proponen que saquemos una concesión y tomamos la decisión de jugarnos ese chance en esta aventura.
¿Cómo logra una familia como la suya asumir pérdidas de millones de dólares?
Hay una empresa en medio, que es la parte comercializadora, es la que está dando la cara, se llama Lemon Stone.