Centros comerciales, edificios y casas ocupan hoy muchos de los terrenos que el Estado había pensado utilizar para construir una nueva carretera rápida en las afueras de San José.
El denominado anillo periférico, concebido en los años 80 del siglo pasado, pretendía enlazar 12 cantones de la Gran Área Metropolitana (GAM), para que sus usuarios no tuvieran que ingresar en la capital.
La ruta formaría un círculo extenso que pasaría por fuera de la carretera de Circunvalación, un corredor vial que se encuentra inconcluso y por el cual transitan hoy 50.000 vehículos al día.
No obstante, un reciente estudio elaborado por ingenieros del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) concluyó que en este momento ya no hay espacio para desarrollar la nueva vía.
Tomás Martínez, secretario del Plan Nacional de Desarrollo Urbano, explicó que, desafortunadamente, dos factores pesaron para perder la oportunidad de edificar la carretera.
“Por un lado, el Ministerio de Transportes tardó demasiado en concretar la obra y tener los terrenos. Por otro, los municipios aprobaron permisos en los derechos de vía donde se iba a construir la carretera”, expresó Martínez.
El funcionario comentó que el proyecto se vio afectado porque cantones populosos como Alajuelita, Desamparados, Tibás y Curridabat, tuvieron en los últimos años un desarrollo urbanístico muy grande y sin planificación.
Al respecto, Olman Vargas, director ejecutivo del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos (CFIA), expresó que el tiempo perdido prácticamente enterró el anillo periférico, aunque consideró que aún existen posibilidades de rescatarlo.
“El arco norte de este plan, que uniría a la ruta 27 (a Caldera) con la ruta 32 (a Limón), todavía es factible. Es muy necesario, pues sacaría los camiones de carga de muchas calles del centro de San José”, puntualizó Vargas.
En promedio, por la ruta al Pacífico transitan más de 30.000 vehículos diarios, muchos de los cuales son camiones pesados que deben ingresar en San José.
Una cifra similar se mueve por la vía a Limón.
Plan b. ¿Se puede salvar este ambicioso proyecto? Esa es la pregunta que conocedores del tema e incluso conductores se hacen debido a la cantidad de carros que hoy ahogan las calles josefinas.
Para el líder del Plan Nacional de Desarrollo Urbano, sí es posible, pero modificando el trazado de la carretera.
“Aún quedan terrenos que permiten salvar el proyecto. El Plan GAM lo contempla”, destacó Tomás Martínez.
Comentó que Costa Rica ganaría mucho con esta carretera pues, según detalló, a lo largo de ese trayecto de carretera se ubican varias zonas industriales que se verían beneficiadas con el nuevo tramo, aseguró Vargas.
El arco norte del anillo tenía un costo inicial de $450 millones.
Mientras tanto, la Policía de Tránsito trata de hacer milagros para distribuir los casi 300.000 vehículos que a diario ingresan al area metropolitana.
La flota vehicular en Costa Rica pasó de 450.000 automotores en 1997 a 1.500.000, en la actualidad.
German Marín, director del Tránsito, explicó que ya se está llegando al punto en que ni la misma regulación con tráficos arroja resultados efectivos.
“Hay muchos carros y poca infraestructura. Las calles no dan abasto (...). No podemos tener un oficial en cada esquina”, alegó.