Nueva York. Redacción, Ap y AFP. Los asesores de Barack Obama anunciaron una y otra vez durante la semana que esta vez el mandatario saltaría al ruedo con una actitud más agresiva a la del apático contrincante que encaró hace dos semanas a Mitt Romney.
Lo dicho se cumplió anoche. Presionado por las últimas encuestas que mostraban un repunte del republicano en las intenciones de voto, el mandatario salió a incomodar desde un inicio a Romney, en un debate muy variado en el que votantes indecisos formularon las preguntas.
El presupuesto, los impuestos, la política energética, la inmigración, Libia y las relaciones con China, fueron algunos de los temas en los que los candidatos intentaron hacer valer sus argumentos, incluso interrumpiéndose varias veces.
En este juego, Obama asestó buenos golpes, entre ellos mencionar en sus últimas palabras al “47%” de los estadounidenses que, según su adversario, tienen mentalidad de “víctimas”.
El debate en la Universidad Hofstra de Hempstead, al este de Nueva York, comenzó con una pregunta de un estudiante para Romney acerca de la creación de empleo para jóvenes graduados y el peso en las familias para pagar los estudios de sus hijos.
Desde ese mismo momento, Obama aprovechó para acusar al exgobernador de Massachusetts de querer favorecer solo a los más ricos. “El gobernador Romney dice que tiene un programa de cinco puntos. Su programa tiene un solo punto: asegurarse de que los más ricos puedan jugar con reglas diferentes”, afirmó el presidente.
La tensión aumentó cuando llegó la hora de hablar sobre política energética, marco en el cual Obama criticó a su adversario de querer dejar que las compañías petroleras “escriban la política” en el sector en Estados Unidos.
Otro momento importante del debate fue cuando se tocó la cuestión del ataque contra la representación diplomática de EE. UU. en Bengasi, Libia, el 11 de setiembre, que se saldó con la muerte del embajador y otros tres diplomáticos. Romney intentó en ese momento presentar al presidente como débil en política exterior, al asegurar que la estrategia de Obama en Oriente Medio “se cae a pedazos”.
“No puede transformar la seguridad nacional en un asunto político”, respondió un enojado Obama, quien apuntó al candidato republicano por realizar acusaciones “ofensivas”.
Entre los golpes del republicano estuvo recordar los malos resultados del presidente en materia económica, por lo cual aseguró que Obama conducía a Estados Unidos “por el camino de Grecia”.
En materia de migración, Obama y Romney también intercambiaron golpes y acusaciones sobre cómo afrontar la cuestión. Romney acusó a Obama de no haber presentado un proyecto de reforma migratoria durante su primer año de mandato, tal y como había prometido antes de llegar al poder.
Obama replicó al afirmar que intentó impulsar esa reforma, pero que chocó con la oposición republicana en el Congreso, y aseguró que el exgobernador de Massachusetts rechazaba en las primarias republicanas el Dream Act para legalizar a los estudiantes indocumentados y apoyaba las duras leyes antimigratorias de Arizona.