Ciudad del Vaticano. EFE. Los divorciados “no están excomulgados y no deben ser tratados como tales”, sino que “forman parte de la Iglesia”, fue el mensaje defendido ayer por el papa Francisco, de cara al Sínodo de la Familia , que se celebrará en octubre del 2015.
“Hoy nos referimos a la situación de aquellos que, tras la ruptura de su vínculo matrimonial, han establecido una nueva convivencia. Estas personas no están excomulgadas como algunos piensan; ellas forman parte de la Iglesia”, dijo el Pontífice.
Directo y claro fue el mensaje lanzado por el Papa durante la audiencia general celebrada en el aula Pablo VI del Vaticano, y no en la plaza de San Pedro como es habitual, debido a las altas temperaturas veraniegas.
La de este miércoles era la primera audiencia general del Pontífice tras la corta pausa de que disfrutó en julio y que le ayudó a recuperarse de su intenso viaje a Ecuador, Bolivia y Paraguay .
Desde el inicio de su pontificado, en marzo del 2013, Francisco ha insistido en su convicción de que “la Iglesia es la casa paterna, donde hay espacio para todos”; también para los divorciados , como ha remarcado.
No es la primera vez que Jorge Bergoglio se refiere a esta cuestión. En junio pasado, ya dijo que en algunos casos la separación “puede incluso ser moralmente necesaria cuando se intenta proteger al cónyuge más débil o a los hijos, de las heridas causadas por la prepotencia, la violencia, la humillación, la extrañeza y la indiferencia”.
Sin embargo, nunca antes se había referido públicamente y con tanta claridad a la situación en que se encuentran estas personas con respecto a la Iglesia.
Discusión continuará. Precisamente este será uno de los temas que debatirá el Sínodo de la Familia de octubre próximo, según indicó el Vaticano en el documento presentado en junio.
El hecho de que los divorciados puedan comulgar es uno de los temas más polémicos en el seno de la Iglesia católica, pues la doctrina cristiana defiende que el sacramento del Matrimonio es una “alianza por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida”.
Así lo ha recordado el propio papa Francisco en su discurso: “la Iglesia sabe bien que situaciones como esta contradicen el sacramento cristiano”.
Sin embargo, luego dijo que “con corazón de madre (la Iglesia), busca el bien y la salvación de todos, sin excluir a nadie. Animada por el Espíritu Santo, siente el deber de discernir bien las situaciones, diferenciando entre quienes han sufrido la separación y quienes la han provocado”.