Seyne-les-Alpes, Francia. EFE. La vía que conduce hasta la montaña donde el pasado martes se estrelló el A320 de Germanwings en los Alpes franceses ya no es, desde ayer, únicamente aérea, porque los investigadores abrieron un camino terrestre para poder llegar a los restos.
Obligados por las malas condiciones climatológicas con las que amaneció el día, que dificultaban el vuelo de los helicópteros, los gendarmes franceses aceleraron el uso del camino que conduce hasta el macizo de los Trois Évêches.
Llevaban días trabajando con excavadoras y material pesado para allanar y ensanchar un sendero que conduce desde la aldea de Le Vernet hasta el lugar del siniestro.
No esperaban tener listo el camino hasta dentro de unos días, pero el cielo amaneció cubierto, con lluvia y fuerte viento en la cima, condiciones que dificultan el vuelo de helicópteros.
Por eso, optaron por estrenar la vía terrestre para llevar a los investigadores, que desde hace una semana buscan la caja negra que falta y también los [[BEGIN:INLINEREF LNCVID20150330_0002]]restos de los 150 ocupantes[[END:INLINEREF]] del avión.
La comisión de expertos que trabaja en la identificación de los restos mortales tardará “entre dos y cuatro meses” en comunicar los resultados de los análisis. “No se comunicará ninguna identidad hasta que se tenga el resultado de todos los análisis, y eso tardará entre 2 y 4 meses”, dijo el coronel François Daoust, director del Instituto de Investigación Criminal de la Gendarmería francesa (IRCGN).
Suicida. En tanto, los investigadores en Alemania revelaron ayer que el joven copiloto, acusado de haber estrellado el avión, siguió un tratamiento psiquiátrico.
“El copiloto estuvo en tratamiento psicoterapéutico por tendencias suicidas hace muchos años, antes de obtener su permiso de piloto”, indicó el fiscal de Düsseldorf, Ralf Herrenbrück. Pero las últimas consultas médicas “no mostraron tendencias suicidas o agresividad hacia otras personas”, añadió.
Según medios de información, el hombre sufría trastornos psiquiátricos y estaba preocupado por las consecuencias para su carrera de esos problemas.
Si bien no se ha revelado el motivo de sus bajas laborales, la justicia explicó que “el copiloto no sufría ninguna enfermedad orgánica” y que nada en su entorno familiar, amistoso o profesional podría dar pistas sobre sus motivaciones.
La policía no halló aún ninguna carta que explique lo sucedido o que reivindique la acción.
Estas son las primeras revelaciones que hacen los investigadores alemanes sobre la salud mental del joven, que trabajaba desde 2013 como copiloto en Germanwings, filial de Lufthansa.
La fiscalía de Düsseldorf había informado el viernes que se habían encontrado rotas bajas médicas en la casa del joven piloto, que lo habrían incapacitado para trabajar el día del accidente.