Moscú
Rusia anunció el martes que reconocerá los resultados de las elecciones legislativas y presidenciales del 2 de noviembre en las regiones del este ucraniano controladas por los insurgentes prorrusos, una decisión fustigada por Kiev y Washington.
El secretario de Estado estadounidense John Kerry calificó el apoyo dado por Rusia a estas elecciones de "clara violación" de los compromisos contraídos por Moscú, al tiempo que el presidente ucraniano Petro Poroshenko estimaba que dicho apoyo "pone en peligro" el proceso de paz en el este de Ucrania.
"Esperamos que las elecciones sean celebradas como convenido y reconoceremos por supuesto sus resultados", declaró el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, en una entrevista con el diario ruso Izvestia.
Mientras los partidos prooccidentales que ganaron las elecciones del domingo en Ucrania negocian la formación de un nuevo Gobierno en la capital, Moscú recordó, con sus declaraciones, que una parte del territorio no está bajo el control del ejecutivo.
Moscú, que según Kiev y los occidentales, brinda apoyo militar a los insurgentes prorrusos, no había reconocido formalmente en mayo los referendos de independencia celebrados por los separatistas.
Pero, según Lavrov, se trata esta vez de "legitimar las autoridades rebeldes" en el marco de los acuerdos de Minsk que fijaron un alto el fuego, el pasado 5 de setiembre, para tratar de detener unos combates que causaron 3.700 muertos según la Organización de las Naciones Unidas en el este ucraniano.
Los acuerdos de paz prevén una amplia autonomía para las zonas separatistas con un "Gobierno autónomo provisional" y elecciones locales, en el marco de una descentralización y no de una independencia.
Los separatistas, que no votaron en las legislativas del domingo, no quisieron seguir a Kiev que proponía unos comicios para el 7 de diciembre y acabaron organizando sus propias elecciones en las dos "repúblicas" autoproclamadas de Donetsk y Lugansk.
La crisis ucraniana con el derrocamiento del presidente prorruso Viktor Yanukovich, la anexión de Crimea por Rusia y el conflicto armado en el este, ha provocado la mayor crisis entre Moscú y los países occidentales desde el final de la Guerra Fría.