Damasco. AFP. El presidente sirio, Bashar al-Asad, reiteró ayer su determinación de aplastar, “a cualquier precio”, la revuelta en Siria, tras la muerte de centenares de personas en una operación del ejército cerca de Damasco, que la oposición tildó de “matanza”.
“El pueblo sirio no permitirá que el complot triunfe y logre sus objetivos”, y lo aplastará “a cualquier precio”, dijo el presidente –enfrentado a una revuelta popular desde hace más de 17 meses–, al recibir a Alaedín Borujerdi, emisario de Irán, principal aliado en la región, según la agencia Sana.
Esta es la primera vez que la prensa incluye declaraciones de al-Asad desde que un responsable evocó el martes la posibilidad de negociar una salida del líder.
Pero el jefe de la diplomacia siria, Walid Mualem, uno de los halcones del régimen, descartó cualquier negociación mientras no se haya “limpiado” al país de rebeldes, según la agencia iraní IRNA.
Esta promesa de aplastar a los rebeldes se produce poco después del hallazgo por una ONG siria de al menos 320 cuerpos en la localidad de mayoría sunita de Daraya, donde el ejército lanzó hace cinco días una operación.
La mayoría de los cuerpos fueron hallados el sábado
El régimen aseguró, a través de la agencia Sana, que las fuerzas armadas “limpiaron” Daraya de los “terroristas mercenarios que cometieron crímenes contra los habitantes de la localidad“, los aterrorizaron y destruyeron los bienes públicos y privados”.
Según los rebeldes, el régimen “impuso un bloqueo y cortó los suministros a Daraya, y luego bombardeó sin discriminación, usando aviones y armas pesadas. Después, grupos criminales llevaron a cabo ejecuciones sumarias”.