El fallecimiento del político Silvio Berlusconi, a sus 86 años, este lunes, se convirtió en noticia de alcance mundial. Berlusconi, recordado por su extensa trayectoria política, sus escándalos sexuales y su ferviente apoyo al club de fútbol AC Milán, era conocido por su arrogancia, ingenio y comentarios despectivos y machistas.
Aspiraba a ser reconocido como “el mejor líder de Europa y del mundo”, lo que le valió el apodo de “el inmortal” debido a su prolongada carrera política.
¿Quién fue Silvio Berlusconi?
Nacido el 29 de septiembre de 1936 en una familia acomodada de Milán, Berlusconi mostró su vocación por los negocios desde la adolescencia, mientras estudiaba en el colegio de los Salesianos. Durante su juventud, trabajó como animador en locales nocturnos en el balneario de Rimini, donde cautivaba a los turistas con baladas románticas. Berlusconi siempre contó con un grupo de amigos íntimos, quienes actualmente le deben sus fortunas.
A finales de los años 1950, trabajó como vendedor de aspiradoras y se graduó en derecho en 1961.
Posteriormente, incursionó en el sector de la construcción, dando inicio a una imparable carrera que generó interrogantes a las que nunca dio respuestas satisfactorias.
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Siempre preocupado por su imagen personal, Berlusconi solía teñirse el cabello, maquillarse y recurrir a la cirugía estética. Además, fue padre de cinco hijos fruto de dos matrimonios, y tuvo varios nietos.
Ya en su ancianidad, conquistó a su nueva pareja, Marta Fascina, una exmodelo de 30 años y diputada de Forza Italia.
El ojo político
Como líder conservador, Berlusconi ocupó el cargo de primer ministro desde 2001 hasta 2011, con una interrupción de dos años entre 2006 y 2008. Su estilo se caracterizó por los ataques hacia sus rivales políticos.
Sin embargo, se vio forzado a renunciar al cargo en noviembre de 2011 debido a una crisis económica que dejó a Italia al borde de un rescate internacional, lo que llevó a su desacreditación. A pesar de las críticas y controversias, el magnate fue considerado durante casi dos décadas como el “líder supremo” de la derecha italiana.
Su último mandato, que abarcó desde 2008 hasta 2011, estuvo plagado de abusos por parte del magnate en el ejercicio del poder, lo cual generó protestas no solo de los medios de comunicación y los industriales, sino también de la Iglesia católica italiana.
A pesar de ser dueño de una de las mayores fortunas de Italia y de haber ocupado repetidamente el cargo político más importante de la península, lo que para muchos representaba la época dorada de la economía del país, Berlusconi nunca pudo cumplir su mayor sueño: ocupar la presidencia de la República.
Denuncias, escándalos sexuales y excesos
Conocido por sus orgías “bunga bunga” y sus chistes vulgares, Berlusconi se convirtió en una figura destacada en el extranjero, además de ser un emblema de una Italia en rápido crecimiento.
Su gusto por las mujeres atractivas finalmente le pasó factura en 2009, cuando su segunda esposa, Veronica Lario, presentó una estruendosa demanda de divorcio. También fue condenado a siete años de cárcel por prostitución de una menor y abuso de poder en el caso de la joven marroquí Ruby, una prostituta que solía participar en las infames veladas de “bunga bunga” en su mansión de Milán.
Sin embargo, en 2015, fue finalmente absuelto de este caso.
A los 41 años, fue condecorado como “Caballero del Trabajo” (‘Cavaliere del Lavoro’), pero perdió el título después de su condena definitiva en 2013 a cuatro años de cárcel por fraude fiscal en su empresa Mediaset. Como resultado, fue expulsado del Senado después de haber estado presente continuamente en el parlamento durante veinte años, antes de regresar en 2022.
Sus aficiones al fútbol
El AC Monza, club de fútbol propiedad de Silvio Berlusconi desde 2018 y dirigido por Adriano Galliani, su brazo derecho y ex primer ministro italiano, rindió homenaje a la memoria del ‘Cavaliere’.
Después de vender el AC Milan, club que dirigió durante más de 30 años (1986-2017), Silvio Berlusconi se embarcó en una nueva aventura deportiva en 2018 al adquirir el Monza, cuya gestión confió nuevamente a Adriano Galliani, al igual que en el Milan.
El club, cuyo estadio se encuentra a diez minutos de la ciudad de Berlusconi en Arcore, ascendió de categoría desde la tercera división hasta la Serie A.