Washington. Bernie Sanders y Pete Buttigieg se encontraban este jueves a la delantera con una ínfima diferencia en los caucus (asambleas de electores) demócratas de Iowa, con 97% de los sufragios computados, pero la propia cúpula del partido llamó a una revisión de esos resultados parciales, tres días después de que estalló el caos causado por un problema técnico.
A cinco días de la próxima etapa de las primarias, en el estado de Nuevo Hampshire (noreste), Buttigieg tiene 26,2% de los delegados en juego en Iowa, contra 26,1% de Sanders, a pesar de que el senador socialista ha recibido más votos.
El miércoles, Mayor Pete, como lo apodan en Estados Unidos, había logrado una diferencia de poco más de un punto porcentual cuando se llevaba 86% de las asambleas escrutadas.
Un día antes, el político de 38 años, hasta hace algunos meses prácticamente un nombre desconocido en la política estadounidense, se había proclamado victorioso, en número de delegados, incluso antes de conocerse los resultados parciales.
“Lo que pasó con el Partido Demócrata de Iowa es un escándalo”, denunció Sanders, al proclamarse el vencedor, durante una conferencia de prensa en Manchester, Nuevo Hampshire.
Pero, pase lo que pase, si las cifras finales cambian, los dos rivales recolectarán sin duda 11 delegados cada uno, de los 41 que aporta Iowa, estimó Sanders.
Bernie Sanders walking into the New Hampshire primary after a huge January fundraising haul. #NHprimary pic.twitter.com/Wu42pOB67m
— Brianna Westbrook (@BWestbrookAZ8) February 6, 2020
Los caucus, asambleas de electores afiliados a un partido, en este estado rural del Medio Oeste, primera escala de la nominación presidencial demócrata, se desarrollaron el lunes de forma caótica debido a problemas informáticos, lo que postergó la divulgación de los resultados.
Según varios especialistas, lo que provocó el desastre fue un error de codificación en una aplicación para móviles que no se probó lo suficiente antes de su uso.
Debido a este problema técnico, el partido de Iowa decidió verificar manualmente los resultados, y lo viene haciendo lentamente desde el martes, pero han surgido errores e incoherencias en los resultados publicados en línea. Por ejemplo, variaciones imposibles entre la primera y la segunda ronda, o totales que no cuadran.
El fiasco de Iowa provocó este jueves un pedido de revisión de los resultados por parte del presidente del Partido Demócrata, Tom Pérez.
“Ya es suficiente. Para garantizar la confianza de la gente en los resultados, pido al Partido Demócrata de Iowa empezar inmediatamente una revisión”, dijo Pérez, quien no explicó qué nivel de verificación pediría de los resultados.
La carrera electoral, en tanto, continúa. El equipo de campaña de Sanders anunció el jueves haber recaudado $25 millones en enero, un récord.
Sanders, el senador de 78 años que se postula como un “socialista democrático”, se enorgullece de no aceptar grandes sumas de donantes acaudalados. Según su equipo, en enero recibieron el apoyo de 219.000 nuevos partidarios, “estadounidense de clases populares que donaron $18” en promedio.
Los otros aspirantes
Elizabeth Warren, senadora de Massachusetts y otra de las principales candidatas, ocupa el tercer lugar en Iowa, con cerca de 18,2%.
El resultado enfrió el apoyo económico que recibe y la obligó a retirar $500.000 en anuncios de televisión que iban a ser difundidas en los estados de Nevada y Carolina del Sur, dos estados cruciales en la votación del “supermartes”, el 3 de marzo.
"Quiero ser siempre muy cuidadosa en la forma en que gastamos nuestro dinero", explicó Warren el miércoles.
Por su parte, Joe Biden, quien en los sondeos nacionales se mantiene a la cabeza en la carrera por la nominación, obtuvo una votación decepcionante y se ubica en cuarto lugar, con cerca de 15,8% de los delegados.
“Esperaba un resultado mejor”, reconoció el miércoles por la noche el vicepresidente de Barack Obama durante un debate organizado por la cadena CNN con electores de Nuevo Hampshire.
"No voy a edulcorar las cosas, recibí un golpe en el estómago en Iowa", agregó, en un discurso en el que endureció los términos en los que se refirió a los nuevos favoritos.
Para Biden, la etiqueta de “socialista” no permitirá que Sanders pueda vencer a Trump en las próximas elecciones de noviembre, y a Buttigieg le reprochó haber lanzar múltiples criticas a la presidencia de Obama.