Islamabad. El jefe del ejército pakistaní, Syed Asim Munir, instó el sábado 10 de febrero a los representantes políticos a mostrar “madurez y unidad”, luego de unos resultados electorales legislativos que no arrojaron mayorías claras, pero que favorecieron a los candidatos respaldados por el ex primer ministro Imran Khan, quien se encuentra encarcelado.
“Dado que el pueblo de Pakistán depositó su confianza en la constitución, es turno ahora de todos los partidos políticos de hacer lo mismo, demostrando madurez política y unidad”, declaró Syed Asim Munir, según un comunicado publicado el sábado 10 de febrero. El país “necesita romper con la política de anarquía y polarización”, añadió el general.
Aunque el ex primer ministro Khan estaba inhabilitado y su partido, Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI), no podía concurrir como tal, los candidatos independientes que contaban con su respaldo obtuvieron al menos 100 escaños, según un recuento del sábado.
El PTI se pone así por delante de la Liga Musulmana de Pakistán (PML-N) de Nawaz Sharif, favorita de la votación, que consiguió 71 diputados y el Partido del Pueblo Pakistaní (PPP) de Bilawal Bhutto Zardari, que quedó en tercera posición con 54 escaños.
El PTI de Imran Khan se proclamó vencedor mediante un viejo video de su líder encarcelado en el que la voz y el discurso fueron generados por inteligencia artificial (IA).
“De acuerdo a fuentes independientes, estábamos ganando 150 escaños de la Asamblea Nacional antes de que comenzara el amaño” de la votación, afirma el Khan de la IA.
Aún quedan por asignarse trece de las 266 circunscripciones en juego en estos comicios, celebrados el pasado jueves 8 de febrero.
Alianzas
A falta de una mayoría absoluta, los tres principales bloques deberán forjar alianzas. El PML-N, que cuenta con el respaldo del ejército, aparece en mejor posición para lograr una coalición.
“Invitamos a los otros partidos y candidatos ganadores a trabajar con nosotros”, señaló Nawaz Sharif, de 74 años, que fue tres veces primer ministro, y que regresó a Pakistán en octubre del 2023 luego de cuatro años exiliado.
La Asamblea Nacional del país cuenta con 336 escaños, 70 de los cuales están reservados a las mujeres y a las minorías religiosas y se asignan proporcionalmente.
Los partidos más pequeños se alzaron con 27 escaños en total, y podrían ser abordados por los independientes apoyados por el PTI.
Los comicios se vieron salpicados por episodios de violencia, con un total de 61 ataques registrados, según el Ministerio del Interior.
El jueves 8 de febrero, 16 personas murieron en estos ataques y la víspera, dos explosiones reivindicadas por el Estado Islámico dejaron 28 muertos.
Los independientes apoyados por el PTI lograron escaños principalmente en su bastión, la provincia de Jaiber Pastunjuá, en el noroeste del país, donde dos de sus partidarios murieron y 24 resultaron heridos en altercados el pasado viernes 9 de febrero por la noche.
El PML-N y el Partido del Pueblo Pakistaní (PPP), fundados por dinastías familiares y tradicionalmente rivales, se repartieron la mayor parte del poder con el ejército durante décadas.
En 2022, luego de la expulsión de Imra Khan mediante una moción de censura, el PML-N y el PPP formaron un gobierno de coalición, y, aunque se distanciaron durante la campaña electoral, ahora podrían repetir la experiencia.
“Preocupaciones”
Los electores de Khan, un popular exjugador de críquet que ganó las elecciones del 2018, consideran que los resultados están amañados. Los retrasos en el recuento de votos no hicieron más que aumentar las sospechas de manipulación.
La Comisión Electoral alegó “problemas de internet” para explicar la lentitud del proceso. El corte de los servicios de telefonía e internet móvil por parte de las autoridades el jueves 8 de febrero, ya alimentó las dudas.
La campaña se vio marcada igualmente por acusaciones de “fraude preelectoral”, con la inhabilitación de Khan, de 71 años, condenado a tres largas penas de prisión.
Estados Unidos y Reino Unido mostraron su “preocupación” el pasado viernes 9 de febrero por el desarrollo de las elecciones.
Pakistán, una potencia nuclear de 240 millones de habitantes, ocupa un lugar estratégico entre Afganistán, China, India e Irán.
El pasado viernes 9 de febrero por la noche se celebraron manifestaciones en Peshawar, capital de Jaiber Pastunjuá, y en Quetta, en Baluchistán.
“Nos cambiaron los resultados”, protestó Muhammad Saleem, un comerciante de 28 años, que se manifestó junto a alrededor de 2.000 partidarios del PTI.