Washington. AFP. La Policía estadounidense se ve sacudida por la prohibición formal de llevar a cabo controles basados en aspectos raciales tras una serie de errores mortales, mediante una reforma que anunció ayer el secretario de Justicia saliente, Eric Holder.
Excepto el control de fronteras o de amenaza para la seguridad nacional, Holder anunció la prohibición de pedir la identificación o interrogar a una persona en función de la raza, etnia, nacionalidad, religión, sexo u orientación sexual.
Así, los controles de identidad “de rutina” o “espontáneos” en las calles no deberán estar motivados por estos aspectos, a no ser que las personas estén implicadas en “un acto criminal, una red u organización criminal, una amenaza para la seguridad nacional o una operación autorizada por los servicios secretos”.
La reforma “se acompaña de un mejoramiento de la formación, de la supervisión y de la responsabilidad de las fuerzas del orden en el país, con el fin de que los actos aislados de discriminación no empañen el trabajo ejemplar efectuado cada día” por la Policía, añadió el secretario, según un comunicado del Departamento de Justicia.
Policía en la mira. Bajo la primera presidencia de un afroestadounidense de la historia del país, Holder, también negro, había prometido actuar tras una serie de recientes intervenciones policiales que quedaron impunes y que llevaron a la muerte de jóvenes negros por parte de policías blancos en Ferguson, Misuri; Nueva York, Cleveland, Ohio, o incluso Phoenix, Arizona. Para denunciar estas acciones, se multiplicaron las manifestaciones en todo el territorio de EE. UU.
“El control racial por las fuerzas del orden no es solo malo, sino profundamente desafortunado e ineficaz, ya que desperdicia nuestros preciosos recursos y socava la confianza popular”, sostuvo Holder.
“Con esta nueva etapa, damos un paso mayor e importante hacia una policía eficaz”, añadió el secretario, que dejará sus funciones en algunas semanas.
Esta reforma, anhelada por Holder y que quedará como su herencia, “será una de las realizaciones clave de su mandato”, resumió un portavoz del Departamento de Justicia.
Holder debía explicar el lunes a los policías federales y estatales, vía conferencia telefónica, cuáles son los nuevos criterios, tras una revisión de los principios establecidos en el 2003.
Sin embargo, los nuevos criterios no se aplicarán al control de fronteras, como la verificación de identidades o de valijas en los aeropuertos, que pertenecen al ámbito de otro departamento, el de Seguridad Interior.
Holder, que quiere dejar una herencia en materia de lucha contra las discriminaciones, añadió que este nuevo dispositivo reforzaría “de manera significativa la defensa de los derechos civiles” de los estadounidenses, más allá de las exigencias de la Constitución, y precisó que era el fruto de cinco años de reflexión y de trabajo.
La multiplicación de estas intervenciones policiales en las que los sospechosos resultaron muertos en los últimos meses en Estados Unidos, llevó a la apertura de investigaciones sobre las criterios en los que se basan estas prácticas.