Brasilia. La justicia brasileña continuará el viernes con la votación que podría dejar al expresidente Jair Bolsonaro inelegible durante ocho años, en caso de ser hallado culpable de abuso de poder por desinformar sobre el sistema electoral antes de su derrota frente al izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
De los siete jueces del Tribunal Superior Electoral (TSE), tres ya votaron a favor y uno en contra de la condena del ultraderechista por haber cuestionado las urnas electrónicas en Brasil durante una reunión con embajadores en julio de 2022.
El veredicto se definirá por mayoría del pleno, requiriendo al menos 4 de 7 votos.
Durante la tercera sesión del juicio, celebrada el jueves, se suspendió después de cuatro horas y se reanudará el viernes a las 12:00 (15:00 GMT). Bolsonaro viajó desde la capital, Brasilia hasta el sureste de Río de Janeiro antes de la suspensión de la sesión.
Al llegar a Río, el expresidente (2019-2022) comentó a la prensa: “Lamentablemente, hablar de vacuna, de voto, de urna... se convirtió en un crimen”. Antes de su viaje, Bolsonaro defendió nuevamente su inocencia.
“No cometí ningún delito al reunirme con embajadores. Es inexplicable que intenten privarme de mis derechos políticos por abuso de poder político”, afirmó.
El caso se centra en un evento con diplomáticos organizado por Bolsonaro en la residencia presidencial de la Alvorada, en el cual aseguró, sin pruebas, que buscaba “corregir fallas” del sistema de urnas electrónicas con la “participación de las Fuerzas Armadas”.
Durante su discurso, transmitido por la red pública de televisión y las redes sociales, este excapitán del Ejército nostálgico de la última dictadura militar (1964-1985) afirmó que la supuesta vulnerabilidad del sistema podía ser utilizada para manipular el resultado electoral en su contra, una idea que repitió en numerosas ocasiones durante la campaña electoral contra Lula.
“¿Qué puede ser más grave para un jefe de Estado que, con objetivos electorales, movilizar el aparato de la República para transmitir intencionadamente la idea de que las elecciones brasileñas no son limpias?”, expresó el magistrado Floriano Marques, quien votó a favor de la condena.
Por otro lado, su colega Raul Araújo votó por la absolución de Bolsonaro al considerar que “la intensidad de su comportamiento no fue suficiente como para justificar la medida extrema de la inelegibilidad”.
El juez instructor del caso, Benedito Gonçalves, fue el primero en votar en la sesión del martes, y durante su exposición lamentó “el discurso violento y las mentiras” que pusieron “en jaque la credibilidad de la justicia electoral” y señaló que la reunión con los diplomáticos “sirvió para incitar un estado de paranoia colectiva” en relación al sistema electoral.
En caso de condena, el abogado de Bolsonaro, Tarcisio Vieira, anticipó que apelará la decisión ante la Corte Suprema. Una inhabilitación política dejaría a Bolsonaro, de 68 años, fuera de las próximas elecciones presidenciales en 2026 y abriría una carrera por el liderazgo de la derecha en Brasil, sin que por ahora existan alternativas claras.
“No soy un expresidente común, soy un expresidente al que el pueblo ya extraña. Tenemos el potencial para ganar las elecciones”, declaró Bolsonaro el jueves en Río.
Casi la mitad de los brasileños votaron por el expresidente ultraderechista en la segunda vuelta de las elecciones de octubre.
Tras la derrota, grupos bolsonaristas, convencidos de que su líder fue víctima de un fraude, organizaron cortes en cientos de carreteras y acamparon frente a cuarteles en todo el país, pidiendo una intervención militar.
El 8 de enero, una semana después de la investidura de Lula, miles de bolsonaristas concentrados en Brasilia invadieron y saquearon los edificios de la Presidencia, del Congreso y del Supremo Tribunal Federal (STF, máxima corte).
LEA MÁS: Jair Bolsonaro: Enfrentará primer juicio de una serie de casos abiertos ante la justicia de Brasil
Bolsonaro se encontraba entonces en Estados Unidos, donde permaneció tres meses, hasta finales de marzo. Una condena del TSE podría ser el primero de una serie de reveses judiciales para el exmandatario, quien enfrenta más de una decena de procesos administrativos en el tribunal electoral.
Además, es objeto de cinco investigaciones en el STF, con penas que podrían llevarlo a la prisión, incluyendo una por su presunto papel como autor intelectual del asalto a las instituciones en Brasilia.