Los Ángeles. Joe Biden se afianzó este miércoles como favorito en las elecciones primarias demócratas en Estados Unidos, tras importantes victorias en el “supermartes” frente a Bernie Sanders, y el retiro de Michael Bloomberg, que reformuló la carrera como un duelo entre moderados y progresistas.
Biden, un centrista de 77 años, surgió como el gran triunfador de la jornada más importante de la maratón de votaciones para elegir al rival del presidente republicano Donald Trump en las elecciones del 3 de noviembre.
Además de quedarse con diez de los 14 de los estados en juego, el exmano derecha de Barack Obama obtuvo el respaldo de Bloomberg, el multimillonario exalcalde de Nueva York que abandonó la contienda, presentando a Biden como el “mejor” candidato para que los demócratas recuperen la Casa Blanca.
"Esta carrera es más grande que los candidatos y más grande que la política. Se trata de derrotar a Donald Trump, y con su ayuda, lo haremos", tuiteó Biden al agradecerle a Bloomberg.
Decenas de millones de estadounidenses fueron a convocados a votar en el “supermarte”s, cuyo resultados otorgan 1.357 delegados a la convención nacional que elegirá el candidato en julio, un tercio del total. Al menos 1.991 son necesarios para ganar la investidura.
Biden, quien busca la nominación presidencial del partido tras fracasar en 1988 y el 2008, se anotó importantes victorias en los populosos Texas y Carolina del Norte, donde el voto latino pesa.
También ganó en Alabama, Oklahoma, Tenesí, Arkansas, Minnesota, Massachusetts, Maine y Virginia, probando su arraigo en grupos demográficos clave para un triunfo demócrata, como la comunidad negra, pero también entre los blancos del Medio Oeste del país.
Sanders, un senador de 78 años que se define como "socialista democrático", venció en su estado natal de Vermont, en Utah y en Colorado, y parecía encaminarse a quedarse con California, la joya de la corona con 415 delegados en juego, donde el recuento de votos continuaba.
‘Increíble resurgimiento’
“Fue un gran resurgimiento para Joe Biden, un resurgimiento increíble cuando uno lo piensa”, expresó Trump a periodistas en la Casa Blanca, luego de burlarse en Twitter de los dos perdedores de la víspera: Bloomberg y Elizabeth Warren.
Bloomberg, novena persona más rica del mundo en el 2019 según Forbes, gastó cientos de millones de dólares de su fortuna personal en la contienda demócrata, pero cuando finalmente se estrenó en las urnas el “supermartes” solo ganó en el territorio no incorporado de Samoa Americana.
Warren, una senadora progresista de 70 años otrora entre las favoritas en las encuestas, no triunfó ni siquiera en su estado natal, Massachusetts. En California, un bastión de la izquierda estadounidense, no llegaba al umbral de 15% necesario para obtener delegados.
Su gerente de campaña dijo que su equipo estaba "obviamente decepcionado" y agregó que Warren evaluaría su camino a futuro. "Esta decisión está en sus manos, y es importante que tenga el tiempo y el espacio para considerar lo que viene después", dijo en un mensaje de correo electrónico citado por una periodista de NBC.
La congresista de Hawái Tulsi Gabbard, de 38 años, quinta aspirante a la nominación demócrata y última por lejos en los sondeos, no despuntó tampoco como era esperado.
El sunami
Biden, quien encabezaba los sondeos nacionales hasta que Sanders lo destronó a fines de enero, había quedado rezagado tras pobres resultados en Iowa, Nuevo Hampshire y Nevada, las primeras contiendas.
Sin embargo, cogió impulso al arrasar el sábado en Carolina del Sur gracias al voto negro. Y el lunes tres antiguos rivales endosaron su candidatura: Pete Buttigieg, Amy Klobuchar y Beto O’Rourke, un aval de los moderados del partido que temen que Sanders esté demasiado a la izquierda para ganarle a Trump.
"¡Estamos muy vivos!", exclamó exultante la noche del martes ante sus seguidores en Los Ángeles, confiado en sus posibilidades de llevar la política estadounidense al centro tras cuatro años de populismo de derecha de Trump.
Su renacer sacudió la carrera demócrata.
“Esperábamos un aumento, pero lo que tenemos es un sunami”, tuiteó el analista David Axelrod, jefe de estrategia de las dos campañas presidenciales de Obama. “Es una nueva carrera. Completamente”.
A pesar de la avalancha de apoyo a Biden, Sanders expresó el martes su “absoluta confianza” en que ganará la candidatura demócrata, que perdió en el 2016 con Hillary Clinton.
Entre los sectores moderados del Partido Demócrata, el desempeño de Biden alivió las preocupaciones acerca de la catástrofe que temen recaiga sobre los precandidatos moderados a puestos locales si el senador Bernie Sanders es elegido candidato del partido.
Sander “puede perjudicar a todo el Partido Demócrata”, advirtió el legislador Emanuel Cleaver, partidario del exvicepresidente Biden. “Y nuestra causa más importante es derribar a Donald Trump. Él podría perjudicarla”.
Ahora “creo que vamos a ganar”, consideró Cleaver.
“Hace una semana veíamos cómo el movimiento o base moderada progresista en Virginia se dividía entre cuatro” contendientes demócratas, manifestó el representante Don Beyer, de Virginia. Beyer se inclinó por Biden esta semana después que Pete Buttigieg, exalcalde de South Bend, Indiana, desistió de su campaña.
“Me siento muy alentado por esto, y mucho más optimista en cuanto a la posibilidad de mantener la mayoría en la cámara baja, recuperar el Senado y ganar la presidencia”, añadió.
Sin embargo, aunque Biden ganó 10 de los 14 estados del “supermartes”, incluidos Texas y una amplia franja del sur, Sanders demostró su fuerza y estaba a punto de llevarse el premio mayor, California. Y no hay señales de que se haya cerrado la brecha entre moderados y liberales en el Partido Demócrata.
De hecho, no está claro cuánto tardarán los demócratas en decidir cuál de los dos se alzará con la candidatura. Los partidarios de Sanders no daban señales de abandonar a un candidato que, están convencidos, atraerá a multitudes de jóvenes y los llevará a la victoria en noviembre.
Los resultados del “supermartes”, que también incluía los votos de los demócratas en el exterior, que apoyaron a Sanders en el 2016, pueden ser determinantes para las votaciones del 10 de marzo en Idaho, Michigan, Misisipi, Misuri, Dakota del Norte y Washington.