Buenos Aires. AFP. “Es un golpe muy fuerte, ¡qué emoción! y escuchar esa multitud gritando: ¡Viva el Papa!... ¡Pobre hombre!”, dijo ayer María Elena Bergoglio –la única de sus hermanos aún viva– imaginando a su hermano mayor, el flamante Pontífice, al salir a saludar el miércoles a la multitud reunida en la plaza San Pedro tras ser elegido.