Seúl. AFP. Corea del Norte fustigó la respuesta “intolerable” de Corea del Sur a la muerte de su líder Kim Jong-il, que dividió también a la Asamblea General de la ONU sobre la conveniencia de observar un minuto de silencio en su honor.
Cuatro días después del anuncio de la muerte del exlíder comunista, la televisión estatal seguía difundiendo escenas de tristeza colectiva. Según la agencia de prensa, entre lunes y miércoles hubo cerca de 44 millones de visitas de duelo, en un país poblado por 24 millones.
Como parte de las ceremonias, que culminarán con el funeral del 28 de diciembre, el régimen norcoreano ha aceptado la venida de dos delegaciones surcoreanas, no sin criticar la decisión del Gobierno de Seúl “de oponerse a esas visitas”.
Seúl, que no enviará a ningún representante, solo ha autorizado a dos delegaciones a viajar al Norte: la familia del expresidente surcoreano Kim Dae-jung y la presidenta de Hyundai, con sus allegados.
El Norte también reprochó al Sur haber elevado el nivel de alerta de su Ejército.
El fallecimiento de Kim Jong-il también causó división en la Asamblea General de la ONU, donde solo un tercio de los 193 países miembros participó en el minuto de silencio solicitado por Norcorea. EE. UU., Japón, Corea del Sur y los países europeos, entre otros, no participaron. Kim Jong-il “es quizá responsable de la muerte de decenas de miles de personas. No es un modelo para la ONU”, afirmó un diplomático europeo.