Ciudad del Vaticano. AFP. “Papa negro”, “ejército en la sombra”... Los jesuitas tienen una reputación contrastada, pero la elección del nombre del nuevo Pontífice, Francisco, se refiere a los valores fundadores de estos “servidores de la Iglesia”, defensores en primera línea de los pobres.
La Compañía de Jesús , fundada en 1540 por el aristócrata vasco y exmilitar Ignacio de Loyola, es a veces descrita como un “ejército en la sombra” que controla la curia romana o incluso el sistema bancario estadounidense...
“Los prejuicios y estereotipos sobre los jesuitas son tan válidos como los que dicen que las parisinas tienen el ceño fruncido y son antipáticas”, ironizó el historiador Alberto Melloni. “Es una gran familia en la que hay de todo, grandes conservadores y grandes reformadores”, sostuvo.
El apodo de “papa negro” se remonta a la época en la que el “superior general” de los jesuitas se había vuelto tan poderoso que era percibido como el rival del Papa.
La orden, que Ignacio de Loyola tardó seis años en hacer reconocer por el Papa (en 1540), fue incluso disuelta por Clemente XIV en 1773 antes de renacer 50 años después en el pontificado de Pío VII.
Según los vaticanistas, los cardenales electores reunidos en cónclave secreto no eligieron para nada al argentino Jorge Bergoglio por su pertenencia a la Compañía de Jesús, sino por sus cualidades de arzobispo misionero dispuesto a recorrer las parroquias desfavorecidas a las que llegaba en metro o a pie y capaz incluso de lavarles los pies a toxicómanos.
“No es como si hubiera habido un club de cardenales jesuitas que lo eligió. ¡Era el único jesuita del cónclave!”, dijo el sacerdote Louis Boisset, ironizando sobre la potencia sobrestimada que se presta a su orden religiosa que sólo cuenta con 19.000 miembros diseminados por 150 países.
El portavoz del Vaticano, el sacerdote Federico Lombardi, otro jesuita, expresó su sorpresa: “Nos consideramos más bien como subordinados que como una autoridad de gobierno (de la Iglesia); lo viví como un llamamiento presente para ponerse al servicio de la Iglesia Universal”, comentó.
En el 2005, el cardenal Bergoglio, respaldado entonces por el poderoso cardenal progresista de Milán Carlo María Martini, fue el principal rival de Joseph Ratzinger, el luego Benedicto XVI.