Ishinomaki. AFP. Un año después del terremoto del 11 de marzo en Japón, la vida se paralizó en numerosas ciudades para dedicarle un minuto de silencio a las 19.000 víctimas de la tragedia .
Entre oraciones y homenajes, millares de personas recordaron a sus familiares muertos o damnificados por la catástrofe natural y el grave accidente nuclear que siguió en la central nuclear de Fukushima , que ha sido catalogada como la más grande de los últimos años.
En Tokio, el primer ministro, Yoshihiko Noda, prometió hacer todo lo posible para reconstruir la región devastada y transmitir el recuerdo de esta tragedia a las nuevas generaciones, durante un discurso celebrado en el Teatro Nacional, en presencia del emperador Akihito y otras personalidades.
El emperador Akihíto, recientemente sometido a una operación en la cual le colocaron un marcapasos, se levantó inmediatamente acompañado por la emperatriz Michiko para orar ante un gigantesco monumento floral.
“Un año ha pasado desde el gran terremoto del este; rindo homenaje profundamente a quienes perdieron la vida”, declaró el soberano, símbolo del pueblo, en un breve discurso durante la ceremonia.