Columnas de humo daban cuenta de una persistente tensión en el barrio ocupado por los manifestantes que exigen la renuncia del Gobierno, pero no se registraban enfrentamientos similares a los que en los cuatro días precedentes causaron la muerte de 39 personas y más de 300 heridos.
“La situación podrá solucionarse y podremos llegar a unas negociaciones cuando los manifestantes se dispersen”, avisó el ministro Satit Wonghnongtaey al descartar todo diálogo.
Los “camisas rojas” aceptaron anteriormente una propuesta del presidente del Senado, Prasobsuk Boondej, de servir de mediador en caso de negociaciones.
“El Primer Ministro (Abhisit Veijjajiva) se suma hoy (ayer) al principio de las negociaciones pero, dos veces, han fracasado debido a la injerencia de personas en el extranjero”, respondió fríamente Satit, quien acusó implícitamente al exprimer ministro en el exilio Thaksin Shinawatra, ícono de numerosos manifestantes, y acusado por el poder de atizar las protestas.
Las negociaciones están rotas desde el jueves, cuando el primer ministro Abhisit Vejjajiva anuló su propuesta de organizar elecciones anticipadas en noviembre, exasperado por las exigencias cada vez más elevadas de los “rojos”.
La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, “exhortó a los líderes a dejar de lado su orgullo y la política por el bien del pueblo tailandés”.
El Gobierno estimó en más de 2.000 el número de manifestantes activos en el exterior del área ocupada y en 5.000 el número de personas en haber ignorado la orden de evacuar el lunes.
Las operaciones para evacuar el barrio “van a seguir” pero “la opinión pública debe tener paciencia porque tardarán”, advirtió el portavoz del Gobierno, Panitan Wattanayagorn.