Caracas. Venezuela impuso un control cambiario que impide al venezolano canjear en bancos sus bolívares por dólares y, desde la creación de la Ley contra Ilícitos Cambiarios, promulgada en el 2005, se prohíbe hablar por los medios del mercado libre del dólar.
No obstante, el mercado existe y allí los bolívares se cambian por los “innombrables” o “lechugas verdes”, apodos del dólar callejero.
En Venezuela, el tipo de cambio oficial es 4,3 bolívares (Bs.F.) por $1, pero, ante la alta demanda de dólares y la devaluación del bolívar, la moneda del “imperio” llega a cotizarse en 12 Bs.F. por la libre.
Los vaivenes de la economía y la creciente devaluación del bolívar han conducido históricamente al ahorrante local a buscar en el dólar el refugio que su moneda le niega.
La brecha entre el cambio oficial y el paralelo tiende a ensancharse conforme esta situación se consolida en el tiempo junto a las restricciones de compra y venta para la actividad económica en general.
Para muestra un botón: el arribo al poder del proyecto socialista de Hugo Chávez en 1998 disparó la salida de dólares del país, por lo cual el Gobierno impuso en el 2003 límites a la cifra de dólares que los venezolanos pueden llevar al exterior.
El control es tal que, en enero del 2009, la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) incluso redujo el monto anual autorizado para viajes externos de $5.000 a $2.500, según la Gaceta Oficial N.° 39.089.
La legislación especifica que el usuario podrá usar ese monto en un máximo de tres tarjetas de crédito del mismo banco emisor.
Por otra parte, el permiso para portar efectivo durante esa única salida por año del país, disminuyó de $600 a $500 y de 500 a 400 euros según el país de destino.
Eso sí, el monto para compras por Internet se mantuvo en $400 (hasta el 2008 eran $3.000).
Si un venezolano desea aprovechar esa única oportunidad anual para acceder a los dólares, debe cumplir ciertos requisitos.
Venezolanos también innombrables, por razón de su seguridad, detallaron a este diario las cláusulas principales.
Primero, debe presentar los tiquetes de vuelo (con el riesgo de perder la inversión si se queda sin recibir el permiso), presentar fotocopias de cédula y pasaporte, y un formulario de Cadivi.
A la vuelta, los excursionistas tienen un mes para justificar los gastos. Sí, así lo dice la ley.