Madrid. EFE La reforma laboral aprobada por decreto por el Gobierno español, fue ratificada ayer en el parlamento con el respaldo de los diputados socialistas, en una votación en la que hubo más abstenciones que votos a favor.
La posición del conservador Partido Popular (PP), el principal de la oposición (153 diputados), de los nacionalistas catalanes y vascos, entre otros grupos minoritarios, permitió que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero sacara adelante la reforma.
De un total de 349 asistentes, 168 votaron sí; ocho lo hicieron en contra y hubo 173 abstenciones, a las que se le unió uno de los 169 diputados socialistas, Antonio Gutiérrez, exdirigente del sindicato de Comisiones Obreras (CCOO).
Los diputados aprobaron, también, que la reforma sea tramitada como proyecto de ley, hecho que facilita la presentación de enmiendas al texto convalidado.
En rechazo, los sindicatos convocaron días atrás una huelga general para el 29 de setiembre y afirmaron que la reforma hace el empleo fijo y temporal vulnerable.
Los partidos que permitieronconvalidar el proyecto con su abstención explicaron su postura basándose en que, debido a la crisis, es necesaria una reforma laboral, aunque en su mayoría criticaron el alcance de la nueva normativa, al considerar que no favorecerá la creación de empleo y es confusa.
España tiene, según datos oficiales, más de 4,5 millones de personas desempleadas, lo que significa más del 20% de la población activa.
El Gobierno aprobó la reforma laboral por decreto-ley el 16 de junio, después de que los intentos de alcanzar un acuerdo con los sindicatos y la patronal fracasaran tras meses de negociaciones.
El objetivo de la ley, según recordó el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, es reducir las diferencias entre los trabajadores con contratos indefinidos y los temporales, además de incentivar una mayor productividad. Además, insistió en que la reforma “no abarata el despido” , uno de los puntos más señalados por los sindicatos y por los partidos de izquierda.