Una guerrilla débil militarmente, que sufrió bajas importantes durante los últimos años y que perdió el apoyo popular es uno de los elementos que, según el político colombiano Horacio Serpa, más impulsa el proceso de paz que mantienen representantes del Gobierno y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El político considera que buena parte del avance en las negociaciones, que se desarrollan en La Habana Cuba (hay acuerdo en tres de los seis puntos de discusión), se ha logrado gracias a que la guerrilla comprendió que no puede ganar la batalla y que la mejor vía para canalizar sus exigencias es la política.
En este diálogo aún falta discutir el tema de las víctimas, el abandono de las armas y el mecanismo de refrendación del acuerdo final de paz.
Serpa es uno de los líderes históricos del Partido Liberal de Colombia, fue candidato a la presidencia en tres oportunidades y encabezó la negociación por parte del Gobierno en el fallido proceso de paz que emprendió el expresidente César Gaviria en 1991.
¿Qué diferencia a este proceso de paz de los intentos fallidos de los últimos años?
Han cambiado muchas cosas, una es que ya llevamos 50 años de conflicto y eso pesa mucho en los sectores guerrilleros, porque si no han logrado llegar al poder en medio siglo, entonces es poco probable que lo puedan hacer en los siguientes años. Por otro lado, el mundo cambió y aquellas naciones que consideraban y respetaban a la guerrilla ya están desencantadas y apoyan el proceso de paz.
Por otro lado, el Estado nunca estuvo tan preparado para enfrentar a la guerrilla (como ahora), situación que le ha provocado duros golpes a las FARC. Por ejemplo, la baja del su excomandante general, Alfonso Cano. Eso hay que unirlo con el hecho de que han disminuido bastante los activistas guerrilleros con la realidad de que la guerrilla dejó de operar en centros vitales para la economía del país y está replegada en zonas que no ponen en riesgo la estabilidad. Además, las FARC está políticamente acabada, en otras épocas contaba con apoyo y aprecio de los ciudadanos; en cambio, hoy la inmensa mayoría de los colombianos rechaza la lucha guerrillera.
Otro punto importante es que por más recursos que tenga el Estado, es imposible acabar con la guerrilla sin un proceso de paz y prueba de eso fueron los ocho años de gobierno de Álvaro Uribe.
¿Tiene algún futuro las FARC si no se logra la paz?
La guerrilla podría subsistir unos años más en la lucha, pero ya sin ningún poder de victoria, es absolutamente imposible que logren una victoria militar contra un ejército y una policía que están mejor preparados y aún es menos probable que logren una insurrección popular. Lo mejor es que la guerrilla abandone su accionar guerrillero, renuncie a la lucha armada y se incorpore a la vida democrática con la intención de alcanzar sus pretenciones mediante el ejercicio de la política.
¿Qué elementos amenazan, actualmente, el proceso?
Lo más peligroso sería que la guerrilla cometa un acto violento que haga estremecer la vida colombiana, eso podría dar al traste con el proceso que se está adelantando, pero no pienso que vayan a ser tan torpes de hacerlo.
¿Controlan, realmente, los representantes que están en la Habana a la guerrilla?
La guerrilla tiene una organización vertical y es un cuerpo armado que lleva 50 años luchando con esa estructura, es decir los negociadores tienen una gran influencia sobre los frentes de combate, es mentira que no representan a las FARC. Ellos son de sus más importantes comandantes, estoy seguro que todos los frentes deben tener instrucciones de lo que pueden y deben hacer en este momento.
¿El uribismo entorpece el proceso?
Uribe es muy importante en Colombia, pero su grupo representa solo el 20% del Congreso y acaban de perder unas elecciones que ganó Juan Manuel Santos en el nombre de la paz, o sea que hay un mandato fresco de seguir con el proceso. Ellos (los uribistas) lo que hacen es oponerse a todo, pero el país solo está pensando en la firma de los acuerdos.
¿Qué opción considera más viable para refrendar un posible acuerdo?
El Gobierno propone la consulta popular y la guerrilla la Asamblea Constituyente. Yo pienso que se puede hacer un referendo y que cinco años después de que se firmen los acuerdos se haga la Constituyente, porque hacer una Constituyente ahora no garantiza que los acuerdos se acojan cabalmente.
Es mejor aprobar los acuerdos por referendo y darnos un margen para que el pueblo y la guerrilla sepan a que atenerse y ahí sí podemos tener un nuevo constitucionalismo en paz.