Santiago AP. La socialista Michelle Bachelet deberá tejer alianzas en el Congreso para concretar las reformas estructurales que fueron el piso de su programa de gobierno: los detractores y posibles aliados ya comenzaron a emerger en el escenario político chileno.
El bloque de izquierda Nueva Mayoría, que postuló a Bachelet, obtuvo 67 escaños de los 120 de la Cámara de Diputados, la derecha, 49 y cuatro son independientes. En el Senado, 21 bancas son para la izquierda, 16 para la derecha y una es independiente.
Bachelet ganó la primera vuelta del domingo con un 46,68% y la candidata oficialista, Evelyn Matthei, salió segunda con un 25,01%. Le siguieron el exdiputado socialista y díscolo Marco Enríquez-Ominami, con un 10,96%, y el independiente de derecha Franco Parisi, con 10,12%.
El 15 de diciembre deberá disputar la presidencia con Matthei pues no logró el 50% más uno de los votos en los comicios de anteayer.
Enríquez-Ominami anticipó que no dirigirá sus votos hacia Bachelet. “Mi candidata es la asamblea constituyente... lucharé porque la asamblea constituyente sea mi realidad”, expresó, mientras Parisi dijo que Matthei “es una mala persona” y que “la señora Michelle Bachelet va a ser presidenta”.
Solo un sector de la coalición electoral de Bachelet es partidario de la asamblea constituyente.
Conducción de fuerzas. Algunos analistas confían en que el tipo de liderazgo de Bachelet, quien gobernó entre el 2006 y el 2010, le sirva para ordenar las filas al interior de su propia coalición, donde existen grupos tan disímiles como el Partido Comunista y el Partido Demócrata Cristiano.
“Bachelet ha sabido administrar las expectativas, las expectativas del PC (Partido Comunista) que puede querer avances más sustantivos, la Democracia Cristiana que va a querer avances más graduales. Todo es posible bajo un liderazgo que es incontrastable”, opinó Bernardo Navarrete, académico de la Universidad de Santiago de Chile.
Otros analistas tienen opiniones más extremas y consideran que se impondrá el movimiento callejero, como el sociólogo de la Universidad de Chile, Alberto Mayol, quien dijo que “si el camino en el Congreso no se allana para la educación gratuita, lo que va a terminar por ocurrir es que se va a terminar por imponer la educación gratuita por caminos extra institucionales”.
“Bachelet no tiene mayoría para reformar la Constitución. Va a tener que acercarse a los votos para una reforma educacional y eso quiere decir transar”, dijo Marta Lagos, de Latinobarómetro.
Los votos de la Nueva Mayoría de Bachelet incluyen seis de diputados del Partido Comunista, tres de los cuales son ex líderes universitarios que dirigieron las gigantescas protestas del 2011 , que zamarrearon el gobierno del presidente Sebastián Piñera, que tuvo que conceder miles de becas y préstamos extras, y acabar con los préstamos con intereses usureros.
La exmandataria (2006-2010) no tendría problemas para imponerse en la segunda vuelta del 15 de diciembre, pero desde ya debe trabajar para obtener los votos que permitan llevar a la práctica las reformas que fueron sus caballo de batalla durante su primera campaña.
Bachelet busca disminuir las enormes diferencias en los ingresos entre pobres y ricos postula que una herramienta para ello es una mejor educación para todos.
Las fuerzas de la expresidenta en el Congreso solo pueden aprobar los cambios tributarios, pero le falta un voto en el Senado y uno en la Cámara de Diputados para introducir los cambios en la educación.
Las reformas constitucionales están más lejos pues Nueva Mayoría necesita un 66% (mayoría calificada) de los votos del Congreso.