Ohira, Japón. AFP. En el noreste de Japón, golpeado por el terremoto y sunami de marzo del 2011 , una fábrica de Toyota genera su propia corriente eléctrica, aún con el recuerdo fresco del gran apagón que paralizó la región.
La planta de montaje que esta empresa tiene en Ohira, una pequeña localidad de la prefectura de Miyagi, donde 1.200 obreros ensamblan cada año unos 120.000 vehículos Corolla y Yaris, cuenta con un sistema de electricidad generada por la propia fábrica.
A primera vista cuesta imaginar que estas instalaciones fueron duramente golpeadas, poco después de su inauguración, por el gran terremoto de 9 grados de magnitud que se sintió en toda la prefectura.
Una vez pasada la crisis, “decidimos producir nuestra propia electricidad”, dijo Toshiyuki Nonaka, un responsable de la fábrica.
Actualmente, alrededor del 70% de la corriente necesaria para las instalaciones la provee una pequeña central de gas de 7.800 kW.
Otros también. Los competidores de Toyota también se han apuntado a esta idea. Mitsubishi Motors equipó en el 2012 la fábrica de motores que tiene en Kioto (oeste) de una minicentral de gas, a petición de una compañía regional de energía.
La fábrica de ensamblaje inaugurada en julio por Honda en Yorii (noroeste de Tokio) está cubierta de paneles solares de una capacidad de 2.600 kW, y dispone también de una central de gas.
Otra solución que parece ir viento en pompa para reducir el riesgo de corte de electricidad es diversificar los proveedores, algo que es posible desde que se puso fin al monopolio de la producción energética a finales de los 90.
Nissan comenzó este año a beneficiarse de esta posibilidad en cuatro de sus plantas, entre ellas la instalada en Tokio.
“no existen estadísticas sobre esta producción ‘fuera de las compañías oficiales’”, lamentó Takanobu Aikawa, del departamento de Energía de Mitsubishi UFJ Research and Consulting.