Liu Zhijun, cuyo proceder empañó profundamente la imagen de la dirección de Ferrocarriles chinos, hasta entonces alabados por su rápido desarrollo, fue condenado por un tribunal de Pekín por malversaciones y abuso de poder.
El escándalo en el que estuvo involucrado pudo suponer 800 millones de yuanes ($129,5 millones).
Liu estaba acusado de haber cobrado 64,6 millones de yuanes (unos $10,5 millones) de sobornos de 1986 a 2011 a cambio de promociones o concesiones de contratos. La ley china prevé pena capital para infracciones a partir de 100.000 yuanes (cerca de $16.300).
Liu Zhijun fue nombrado en 2003 al frente del Ministerio de Ferrocarriles. Fue despojado de su cargo en 2011, y en noviembre 2012 de sus funciones en el Partido Comunista Chino (PCC).
China ha gastado cientos de miles de millones de dólares desde el 2007 para edificar la mayor red ferroviaria del mundo, que incluye la línea de tren de alta velocidad más larga del planeta, el eje Pekín-Cantón, abierto a finales del 2012.