Una emboscada de los talibanes en el montañoso norte de Afganistán mató al menos a 14 soldados de la fuerza de seguridad local, dijeron las autoridades el lunes mientras las tropas continúan enfrentando milicianos en la región.
Los enfrentamientos comenzaron el domingo en la provincia de Sari Pul, donde había informes de combatientes talibanes aglomerándose allí para lanzar una operación. La emboscada inicial ocurrió en el distrito Kohistanat de la provincia y los extremistas mataron a 12 soldados y dos policías, dijo Kazim Kenhan, un portavoz del jefe de la policía provincial.
Kenhan dijo que 13 soldados resultaron heridos y que seis desaparecieron de la región, a unos 340 kilómetros (210 millas) al noroeste de la capital, Kabul. Los combates entre las fuerzas afganas y los milicianos talibanes arreciaron el lunes, agregó.
Mientras tanto, cientos de aldeanos afganos protestaron el lunes por un ataque aéreo de la OTAN que mató a siete civiles, el primer incidente de este tipo que pone a prueba al nuevo presidente de Afganistán mientras las fuerzas extranjeras comienzan a retirarse del país.
La alianza militar internacional dijo que el ataque mató a “ocho combatientes enemigos armados”.
El ex presidente afgano Hamid Karzai se enfrentó en varias ocasiones con la OTAN por el tema de las víctimas civiles de los ataques aéreos, tensando las relaciones mientras crecía la furia pública contra la coalición. No hubo respuesta inmediata del actual presidente Ashraf Ghani Ahmadzai.
También el lunes, un atacante suicida arremetió contra un convoy de la OTAN en Kabul, mientras que otro atacó una patrulla del ejército afgano en la provincia oriental de Nangarhar. Los ataques separados mataron a tres civiles, dijeron las autoridades.
Los talibanes han intensificado sus ataques contra las fuerzas de seguridad afganas, en un intento para socavar al gobierno respaldado por Occidente, en momentos en que la mayoría de las tropas de combate extranjeras se preparan para retirarse de Afganistán a finales de año.
El gobierno afgano ha firmado un acuerdo de seguridad con Estados Unidos y un acuerdo separado con la OTAN que permitirá que más de 10.000 soldados extranjeros capaciten y asesoren a las fuerzas afganas después que la misión internacional de combate termine a finales de año.