La capital yemení, Saná, tenía este domingo un aspecto de “ciudad fantasma” después de que nuevos enfrentamientos entre rebeldes obligaron a cerrar las escuelas y las tiendas y llevaron a los habitantes a permanecer en sus casas por temor a los combates.
La alianza rebelde que controla Saná desde hace más de tres años saltó por los aires a raíz de los combates entre los partidarios del expresidente Ali Abdalá Saleh y los chiítas hutíes, que dejaron al menos 60 muertos y heridos en ambos bandos desde el jueves.
Las fuerzas leales a Saleh bloquearon este domingo varias calles del centro de la ciudad y se desplegaron en la zona, según varios testigos. Intentaron una vez más tomar el control del barrio de Al Jarraf, donde los hutíes afianzaron sus posiciones con decenas de vehículos equipados con ametralladoras.
Habitantes de distintos barrios se atrincheraron en sus casas para evitar ser víctimas de los francotiradores y los bombardeos, sobre todo alrededor de los ministerios y los edificios públicos.
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El ministerio de Educación suspendió las clases este domingo, el primer día de la semana escolar en Yemen, para evitar que los alumnos y los profesores sufran las consecuencias de los combates.
En las calles quedaron esparcidos los cadáveres de personas fallecidas en los últimos días de enfrentamientos, según habitantes de la capital.
Iyad al Othmani, de 33 años, contó que llevaba tres días encerrado en su casa por culpa de la violencia.
“Saná se convierte en una ciudad fantasma (...) y los habitantes están encerrados en sus casas”, lamentó un empleado local de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Al amanecer, la coalición árabe dirigida por Arabia Saudita bombardeó varias de sus posiciones en las colinas del sur de Saná.
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El aeropuerto de Saná y los puertos marítimos en manos de los rebeldes sufren un estricto bloqueo desde que los sauditas interceptaron, el 4 de noviembre, un misil disparado por los hutíes hacia el aeropuerto de Riad.
La coalición autorizó, no obstante, la entrada de algunos vuelos y cargamentos humanitarios a Yemen que, según la ONU, sufre “la peor crisis humanitaria del mundo”.
El conflicto en Yemen, que causó más de 8.750 muertos desde la intervención de la coalición, despertó la vieja rivalidad entre la Arabia Saudita sunita y el Irán chiita en Oriente Medio.