Miami. Manifestantes a favor y en contra de un monumento confederado llamado “Silent Sam” chocaron este jueves en Carolina del Norte tras diez días de agitación por el derribamiento de la estatua, considerada racista porque ensalza a los soldados que apoyaron la esclavitud en Estados Unidos.
Tres personas fueron arrestadas en el tercer enfrentamiento en 10 días de manifestantes a favor y en contra del monumento confederado, informó la prensa local.
En el campus de la Universidad de Carolina del Norte en la ciudad de Chapell Hill, 48 kilómetros al noroeste de la capital Raleigh, medio centenar de manifestantes desplegaron una gran bandera confederada en protesta por el derribamiento el 20 de agosto de “Silent Sam”.
Del otro lado de un perímetro establecido por la policía, más de un centenar de manifestantes les gritaban a los neo-confederados: “Nazis vayan a casa” y “váyanse racistas”, según mostraron videos subidos a Twitter.
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La tensión aumentó el jueves por la noche hasta que la policía roció a un grupo con gas pimienta, informó el diario local The News&Observer.
Montgomery Morris, un exestudiante de la universidad, dijo al diario que la eliminación de la estatua no cambiará la historia, como argumentan sus defensores.
“La gente no olvidará la Guerra Civil. Pero tener esto, y pagar cientos de miles de dólares por esto cada año para consagrar la supremacía blanca en nuestro campus, es inadmisible para mí”, dijo Morris.
La organización que protesta para exigir la reinstalación de la estatua es ACTBAC, considerado un “grupo de odio” neo-confederado por la ONG Southern Poverty Law Center, que monitoriza las actividades racistas en Estados Unidos.
La bandera confederada identificó a los soldados del sur de Estados Unidos que pelearon contra el norte abolicionista en la Guerra Civil del siglo XIX. La estatua representa a los soldados que perdieron la vida por defender los valores del sur, entre ellos la hegemonía blanca.
Los símbolos del ejército confederado siguen siendo un tema sensible en un país que no ha curado aún sus heridas raciales.
En agosto del año pasado, una mujer murió y otras 19 personas resultaron heridas cuando un supremacista blanco embistió con su coche a un grupo de personas que se manifestaban contra el racismo en Charlotsville, Virginia (noreste).
El ataque Charlotsville se originó cuando los supremacistas protestaban contra el retiro de una estatua de un general confederado.