Los analistas coinciden en que las firmas encuestadoras fueron las grandes perdedoras de la primera vuelta a la presidencia, ya que erraron al otorgar un empate técnico a Santos y Mockus, cuando la realidad es que el oficialista, con el 46,5% de los votos, sacó 25 puntos de ventaja al candidato verde.
Se trató de “un aterrizaje brusco de las ilusiones que pudieron despertarse por la posibilidad de un cambio real en la línea de gobierno después de ocho años con Uribe en el poder”, señaló ayer la Fundación Razón Pública, dirigida por el doctor en Economía, Derecho y Sociología, Hernando Gómez Buendía.
Para el analista político Jairo Libreros, de la Universidad Externado de Colombia, esas encuestas “midieron el anhelo evidente del cambio político representado en la ola verde mockusiana, sin capacidad alguna de calcular la capacidad de intervención política del presidente Uribe” .
La respuesta de los colombianos en las urnas sacó a la palestra, además, la fragilidad de la base social de Mockus, candidato sorpresa de la campaña y que pasó a colocarse como favorito en algún momento.
“ Si Antanas fue un fenómeno de opinión, no se tradujo en fenómeno electoral, Santos fue, por el contrario, el no fenómeno de opinión que se tradujo finalmente en sorpresa electoral”, señala Razón Pública en un análisis sobre los resultados del domingo.
Esta fundación achaca el raso apoyo a Mockus a sus “debilidades e inseguridad en la presentación de sus propuestas programáticas” ; y a eso se añade la insistencia de sus rivales de presentarlo como “un salto al vacío”.
Ahora, ante la segunda vuelta de 20 de junio y en el afán de lograr los cuatro millones de votos que fueron a los otros candidatos, Santos “no podrá confiarse en las salidas en falso de Mockus y este tampoco en el silencio de los presidentes Uribe, Chávez y Correa”, según Libreros.