Lejos de amilanarse los pequeños comerciantes hacen frente a la guerra de precios y variedad que las grandes cadenas tienen entre ellas. Su principal caballo de batalla, dicen con optimismo, es la atención personalizada.
Ana Teresa Vásquez, directora de la Cámara de Detallistas y Afines, asegura que este elemento permite que pulperías, abastecedores, bazares, farmacias y ventas de pañales, entre otros, permanezcan en el mercado, incluso, al lado de supermercados propiedad de alguna cadena o cerca de un centro comercial.
“El comerciante detallista se ha estado preparando en servicio al cliente, precisamente porque uno de los valores agregados de la micro y pequeña empresa es el trato personalizado, esa cercanía con el consumidor. La mayoría de estos negocios son atendidos por los propietarios”, explicó.
Ejemplos. Estos son los casos de Marco Mora, Fernando Rodríguez y Gabriela González, quienes tienen sus pequeños negocios a escasos metros del Más x Menos, que abrió sus puertas en Santo Domingo de Heredia hace aproximadamente cuatro años.
El primero tiene un bazar, librería y venta de regalos; el segundo vende frutas y miel de abeja, y la tercera atiende una librería, fotocopias y expendio de refrescos.
Mora comentó que el enorme vecino ha potenciado el flujo de personas en una zona donde los cafetales se mezclan con los proyectos residenciales y comerciales.
“Para sobrevivir hay que diferenciarse, y nosotros lo hemos hecho dando un servicio con cariño, artículos a buen precio y bonitos y que estén a la mano”, relató.
Rodríguez, por su parte, no se intimida ante el amplio surtido en frutas y verduras del Más x Menos.
Para él, su principal fortaleza es el trato a los compradores así como la posibilidad de que estos no hagan filas para adquirir las naranjas, limones y mandarinas que expende desde hace 15 años.
González reconoce que la tarea por mantenerse vigente no es nada fácil, pero sostiene que la única manera de no cerrar el negocio es renovar el producto sin perder los detalles en el servicio.
Datos aportados por la Cámara de Detallistas y Afines indican que el número de pequeños negocios afiliados pasó de 5.200 hace cinco años a unos 6.300 en la actualidad.
Vásquez reconoció, además, que estos negocios diversificaron su oferta: ahora no solo venden abarrotes, sino que también ofrecen transacciones bancarias y pagos de servicios públicos.